martes, diciembre 11, 2007
RESPONDER A LA IDENTIDAD QUE DIOS NOS DA

En este tiempo de Adviento se nos invita a todos los cristianos a estar activos, a buscar hallarnos nosotros mismos y ayudar a los demás para que decidan libremente escudriñar los medios necesarios para encontrarse con Jesús.

¿Cuantos seremos los que hoy deseamos ser sanados interiormente, los que desean ser dueños de si mismo y los que están dispuestos en responder sin ningún temor, a la invitación que nos hace Jesús para que le sigamos? ¿Somos muchos, no es así? Pero somos aún débiles y apasionados a la vida que tenemos, dudamos ante los intentos que hacemos y fácilmente caemos, porque no reafirmamos la fe y la esperanza, dando paso a la ignorancia, las incertidumbres, la autosuficiencia y el desengaño.

Aprender a relacionarse con uno mismo, es concebir que hemos sido hechos a imagen y semejanza de Dios, es responder positivamente a la invitación que Él nos hace de salir de uno mismo para ser una persona nueva que toma iniciativas y acción, que se atreve a ser libre, que actúa con amor y quiere ser solidario para con los demás poniéndose en la fila de los que ayudan y quieren servir a los otros.

El tomar la actitud de ser dueños de si mismo, nos ayuda a que seamos responsables para con la identidad que Dios nos ha querido dar, por ello, cada uno de nosotros tiene que esforzarse en tener la responsabilidad de humanizarse y hacerse cada vez mejor, dejando a un lado el orgullo, la vanidad, las ansias desordenadas y todo aquello que lo lleva a divinizarse falsamente y a convertirse en una figura decorada que por fuera luce esplendorosa pero que por dentro lleva un corazón oscuro lleno de grandes tinieblas.

Que bueno sería que hoy reflexionemos sobre lo que nos pide Jesús y aprovechemos al máximo este Adviento para buscar un espacio de discernimiento y mirar nuestro interior. Jesús no solo quiere que le llevemos muchos enfermos a su presencia, sino que seamos nosotros los primeros los que nos dispongamos dentro de nuestra cotidianidad a salirnos del horario que acostumbramos para tener un espacio personal donde se nos facilite un verdadero encuentro con Él y así, con su ayuda, sanarnos.

No creamos que el Adviento es una fiesta con la que nos disponemos a celebrar un aniversario más del nacimiento de Jesús, sino un tiempo donde como cristianos se nos pide mirar nuestra vida y podamos reparar todo aquello que hemos venido realizando mal, para poder acercarnos al pesebre dispuestos a hospedarlo en nuestro corazón.

SE DIGNO, DEJA QUE JESÚS HABITE EN TU CORAZÓN
 
posted by Laureano García Muentes at 3:26 a.m. | Permalink |


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