martes, noviembre 06, 2007
NUESTRA MISIÓN ES UNIVERSAL

Toda persona que asume el compromiso de seguir a Jesús, se convierte en símbolo del amor, portador de las virtudes y testigo de los valores que Él encarnó, optó y practicó junto a aquellos que estaban marginados de las clases sociales y necesitadas de la ayuda material y espiritual.

Hoy, se me viene a la mente la necesidad de que todos nos hagamos un cuestionamiento serio sobre como han sido nuestras cualidades y acciones frente a los que son victimas de desastres naturales o de catástrofes que son provocados por los hombres. Si de verdad, estamos siendo solidarios con ellos o si somos coherentes al asumir estas situaciones con los mismos sentimientos que nos demostró Jesús; y si lo que Él nos dejó como un testimonio de vida consagrada a pobres, a los desvalidos y necesitados, nos las hemos adjudicado como propias al ser sus discípulos.

Para realizar una vida de servicio a los demás, es necesario apropiarse de los valores que Él pregonó a lo largo de su vida entre ellos, el amor fraterno, la caridad, la solidaridad, la justicia, la paz, la ayuda espiritual y la material.

Últimamente han venido ocurriendo alrededor del mundo hecatombes naturales y provocadas por el hombre. Somos muchos los que nos hemos quedado con los brazos cruzados sin interesarnos de aquellos que viven la angustia y la desesperación.
Familias enteras, pueblos y ciudades han sido arrasados por estos hechos. Un invierno inclemente azota a muchos países en el mundo, cambios climáticos inesperados que provocan desastres sobre ciudades y más que todo en familias pobres y de bajos recursos económicos, siendo pocos los que nos hemos solidarizado en favor de ellos.

Estamos ya acostumbrado en buscar, escuchar noticias y a impresionar con nuestros lamentos; quedándonos quietos en nuestra casa sin interesarnos en buscar salidas humanizantes y solidarias a estas situaciones.
Fuera de los desastres naturales existe hoy una guerra inhumana, la violencia, la drogadicción, la prostitución, los desplazamientos masivos, etc. que provocan caos mundial y desgracias en muchas familias.

Jesús nos enseñó la solidaridad, la forma como acompañar y estar al lado de los necesitados, de los pobres y de todos aquellos que sufren.
Sería hoy bueno que nos revisemos y evaluemos nuestro compromiso de ser sus seguidores, estudiando o proponiendo ideas y proyectos que ayuden a los gobiernos, la iglesia, entidades y personas que se han propuesto a ayudar; y con el corazón en la mano, recurramos brindándonos como sus colaboradores.

Allí está nuestra misión universal. Acciones que ayuden a fortalecer nuestro compromiso de ser cristianos uniéndonos como hermanos y realizando hombro a hombro campañas que vayan a favor de todos aquellos que sufren y están siendo desplazados por la sociedad.


UNA MANERA DE VIVIR LA FE ES CONSOLANDO A AQUELLOS QUE ESTÁN TRISTES
 
posted by Laureano García Muentes at 3:37 a.m. | Permalink |


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