martes, octubre 23, 2007
¿ ACUMULAR RIQUEZAS ?, ¿ PARA QUÉ ?

Al Caminar por la orilla de la bahía de mi ciudad, contemplando el amanecer un poco gris, particular de esta época del año donde la lluvia prevalece; cabizbajo pensaba en ese afán que tenemos muchos hombres de hoy por acumular riquezas materiales, sin que en un solo instante de la vida, nos detengamos para pensar que a nuestro alrededor, son muchos los que requieren de nuestra ayuda y que es poco lo que estamos haciendo por ellos. Y me decía: ¿para qué tanto afán y tanta dejadez para con Dios, por nuestra salud y por el bienestar familiar?, ¿hacia donde vamos y que nos traerá todo esto?

Y esta reflexión me la hacía por que hace apenas unos días había fallecido una persona muy adinerada, que poseía tal cantidad de bienes y semovientes, que no sabía que hacer con ellos. Se descuido tanto, que su salud se resquebrajó al punto que ni su dinero y bienes pudieron evitarle la muerte. Era muy para sí, en él no tenía cabida más nadie; solo pensaba pasarlo bien, disfrutar la vida, pasear y acumular más y más riqueza a costa de los más humildes y necesitados.

Esta situación me cuestionó mucho y sobre todo le preguntaba a Dios como era posible que todavía hoy muchos hombres en el mundo no habíamos comprendido que nuestra vida era necesario vivirla a partir Él y que nuestro afán diario debería estar centrado en aprender a encontrarlo sin ese egoísmo propio del tener y poseer, sino educándonos en el compromiso de servir y compartir nuestras riquezas materiales, con aquellos que necesitan de nuestro apoyo.

Hoy somos muchos los que creemos que aceptar el compromiso de seguir a Jesús es dedicarle todo nuestro tiempo única y exclusivamente en pensar solo Él y en todos los sacrificios que hay que realizar para lograr la vida que Él nos ofrece. Otros creen y están convencidos que siguiendo los caminos que ofrece el mundo logran poseerlo todo y hasta la felicidad; y como unos robots, siguen caminos equivocados, mal gastando el tiempo y cosechando riquezas que no llevamos a ninguna parte al morir.
Ni siquiera se preocupan por su salud, ni les interesa vivir la alegría y la felicidad verdadera. Están siempre en función del trabajo que realizan considerándolo muy bueno porque a través de él, logran tener libertad, salud, estabilidad económica y bienestar, pero que nada de esto, tiene que ver con Dios o con ningún tipo de Religión.

Como dice el dicho callejero:”un corazón de hombre moderno es corazón enfermo”. Son muchos hombres de hoy los que dependen del poder, del dinero, de la droga, del sexo. Dioses destructores de la sociedad actual.

El Evangelio de San Lucas Cap.12. 13-21 nos recuerda que solo vale la pena acumular riquezas espirituales en orden a Dios, para que al final de nuestra vida, nos den la entada definitiva a la vida eterna. Que poseer la alegría del corazón es tener consigo una de las mejores medicinas para curar enfermedades del cuerpo y del espíritu. Que quien toma libertades fuera de límites acumulando riquezas y no comparte su vida y lo que posee con aquellos que necesitan, se aparta de Dios.

Tengamos pues presente que solo Dios es capaz de sanar nuestro cuerpo y nuestra alma, porque solo Él nos ama, nos acoge y nos enseña el verdadero camino hacia la verdadera libertad. No acumulemos riquezas materiales compartamos nuestros dones poniéndolos al servicio de aquellos que necesitan de nosotros.

REVISA CON DETENIMIENTO TU VIDA Y DESCUBRE LAS SEÑALES
DE LA PRESENCIA DE DIOS EN TI.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:24 a.m. | Permalink |


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