martes, octubre 09, 2007
EL ABISMO QUE NOS SEPARA DE DIOS

Hoy son muchos los hombres que tenemos el corazón duro a pesar de formar parte de la vida cristiana; renegamos y le cerramos las puertas a cualquier opción que nos estimule a ser abiertos hacia los demás y a compartir con aquellos que necesitan de nosotros, haciéndonos insensibles ante sus sufrimientos.

Al salir a las calles y conversar con la gente, encontramos que hay una característica algo común en todo tipo de personalidad frente a las cosas. Y es que se ve muy arraigado a la vida de hoy, el pesimismo. Quienes son pesimistas, viven cansados de vivir, todo lo ven negativo, lleno de fracasos, sus proyectos e ilusiones son inciertos y cualquier actividad que quieran programar lleva el sello de la perdida anticipada, es decir, se disponen para perder las batallas antes de comenzarlas.

El pesimismo es uno de los abismos que separa cada día al hombre de Dios y le comprime el corazón haciéndolo igual a una fortaleza que rechaza y le da sordera la palabra y a los ideales señalados por Jesús, endurece y le da insensibilidad al ser y lo hunde en la fosa de la miseria humana, donde se olvida de su condición de hombre y de hermano.

Que importante sería que hoy reflexionemos sobre ese negativismo que a invadido nuestra persona y que ha venido influenciando a la sociedad con unos efectos catastróficos. Hoy vemos como prevalece la indiferencia a tantos hechos, acciones y actuaciones, que ponen en riesgo la convivencia social y la dignidad.

Que necesario es que hoy, iniciemos la búsqueda sincera de Dios y nos fortalezcamos de la fuerza del Espíritu Santo, para que nos ayude a encontrar la fe verdadera y con ella, nos llenemos de la alegría de vivir, a luchar por hacer diferente la vida, a vencer todos los obstáculos y a que le hagamos frente a todo sin ningún temor, viviendo contentos, felices y con ganas de ser solidarios y misericordiosos con los demás.

Ante todos los momentos de desencanto, de indiferencia y escepticismo, es necesario que aprendamos a tener fe, porque la fe nos acerca a Dios, destruye todo abismo que nos separa de Él, nos abre el corazón, nos invita a estar a la disponibilidad de todo, a tener seguridad y confianza en si mismo, nos abre la voluntad y nos ayuda a superar las dificultades llenándonos de dinamismo.


PONTE LOS LENTES DEL POSITIVISMO Y MIRA AL MUNDO DESCUBRIENDO A DIOS EN TODAS LAS COSAS QUE TE RODEAN.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:24 a.m. | Permalink |


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