jueves, septiembre 20, 2007
DEMOSLE EL TIEMPO AL TIEMPO

Cuando nos disponemos a tener una vida acorde a los principios que Jesús nos ha señalado, nos damos cuenta que remar mar adentro no es tan fácil, por que siempre existen los tropiezos que nos distraen y tempestades que nos hacen flaquear; pero es ahí, donde la fe, la esperanza y la confianza en Dios nos hace sentir como unas fortalezas indestructibles y nos ayudan a continuar.

Recordaba esas tantas lecciones que Jesús nos dio durante su vida, las que dieron calma a los tantos obstáculos que se le presentaban a todos aquellos que optaron por seguirle. Tanto Él como a sus discípulos fueron hostigados por el pecado y los vicios del mundo, siendo muchos los pasajes donde el enemigo los tentó para impedirles que pregonaran la Buena Nueva que los hombres de buena voluntad necesitaban para crecer libremente y andar por los caminos que Dios había señalado.

¿Cuantos rostros y cuantas caretas en personas envidiosas, llenas de egoísmo, odio, persecución, calumnia, los siguieron de cerca y quisieron señalarlos como creadores de división entre su pueblo y sus seguidores, cuantos engaños e injusticias y hasta fraude? ¿Cuantas pasiones desordenadas tuvo que soportar Jesús durante la vida pública, las que fueron llenando con intrigas, mentiras y escándalo a quienes les incomodaba su humildad y su sencillez? Pero Él con la fuerza de su Padre continúo su misión y con autoridad, las combatió y destruyó.

La parábola de la cizaña nos da tantas lecciones importantes para nuestra vida cristiana, en ella, Jesús nos muestra como toda mala hierba le impide al trigo o a las semillas buenas crecer libremente en el campo de Dios.

Hoy son aún muchos los que se preguntan insistentemente: ¿porque siendo Dios tan bueno y misericordioso permite que el dolor y el sufrimiento humano se muestre mas en los humildes y sencillos o en los inocentes y desamparados?, ¿Siendo Dios justo, permite que exista el dolor y el sufrimiento humano?, ¿Por qué aún existe la envidia y los enemigos de aquellos que pretenden alcanzar con la ayuda del Espíritu Santo el camino hacia su perfección?

La respuesta la tenemos en nuestras manos. Dios no quiere que seamos apresurados. Él quiere que le demos el tiempo al tiempo hasta que llegue el día de la siega, Él con su infinita paciencia, quiere que le demos la oportunidad a los que con artimañas quieren engañar a los que quieren seguir de verdad los caminos de Jesús. A los malos hay que enseñarles con sus propios errores, para que así se arrepientan y se conviertan.


SEAMOS PACIENTES Y DEMOSLE AL TIEMPO SU TIEMPO ORANDO POR LOS QUE NOS PERSIGUEN Y CALUMNIAN.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:34 a.m. | Permalink |


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