jueves, septiembre 06, 2007
LA VIDA NUEVA A LA QUE NOS LLAMA JESÚS

Cuando escuchamos la palabra “vida nueva” muchas veces nos llenamos de temor y sin que podamos alcanzar a comprender su verdadero significado, dudamos en aceptarla y hacerla una realidad, para que así, experimentemos un estado nuevo que llena de aliento nuestro ser.
Es este, el requerimiento indispensable que nos pide Jesús para asumir de verdad la opción de ser su seguidor.

Él nos invita a renovar nuestro espíritu, más no nuestro cuerpo, es decir, volver a experimentar el estado de gestación en el vientre de nuestras madres y nacer. ¡No!, Él quiere que mediante el discernimiento personal y sincero, esculquemos cada rincón de nuestro corazón y nuestra alma sacando de ellos sin miedo y sin temor, aunque nos duela, cada una de esas cosas que se encuentran allí sembradas y enraizadas, que nos hacen tanto daño y que nos cierran toda posibilidad de apreciar la luz de la verdad.

Son muchos las citas donde Jesús manifiesta su radicalidad y nos exige cumplir ésta obligación. En Lucas 9. 57-61, Él le manifestó a alguien que le miró:”Sígueme”, pero, ese alguien que se encontraba postrado de inseguridades, temor e indecisiones, le dijo: “Permíteme primero enterrar a mi padre quien acaba de fallecer”. Jesús, al conocer sus debilidades le hablo con autoridad, diciéndole: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, tú si quieres seguirme, anda y ves a anunciar el Reino de Dios”, A otro, que también se encontraba en esas mismas condiciones, le manifestó: “Todo el que pone la mano al arado y mira para atrás, no sirve para el Reino de Dios”.

Apreciamos la dureza y la rectitud con la cual nos exige que nuestras actitudes sean radicales y con decisión para renovar nuestra vida; así que para ser seguidores y continuadores de su Obra en el mundo hay que asumir grandes retos.

En el mismo Evangelio de San Lucas Cap. 12.22-31, Jesús regaña con dureza a quienes se equivocan y piensan que seguir a Jesús es un requisito social o pasajero o también un capricho para optar de manera hipócrita e incoherente, la continuación de una vida consagrada, ocultando en ella sus tinieblas. A esos los reprende diciéndoles: “No se preocupen por la vida, pensando: ¿que vamos comer?, no se inquieten por el cuerpo: ¿Con que nos vamos a vestir? Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido”.

No nos preocupemos únicamente en formar parte de una comunidad religiosa o de un grupo apostólico, solo para aprender unas enseñanzas que nos ayudan a realizar un cambio en nuestras vidas, sino que además de eso, reconozcamos que somos impotentes para superar todas las barreras y dificultades que nos depara la vida y a que sintamos la necesidad de empezar a caminar de la mano de Jesús hacia una vida nueva y autentica como lo quiere, despojándonos de todo y glorificándolo como nuestro Padre del cielo.

"TANTO NOS AMA DIOS QUE NOS OFRENDÓ SU HIJO ÚNICO, PARA QUE TODO EL QUE CREA EN ÉL NO SE PIERDA SINO QUE TENGA VIDA ETERNA Y ABUNDANTE".
 
posted by Laureano García Muentes at 4:56 a.m. | Permalink |


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