martes, agosto 21, 2007
ESTÁ TU CORAZÓN DONDE ESTÁ EL TESORO

Al vivir el encuentro con Dios experimentamos una de las más extraordinarias vivencias. El aceptarlo como nuestro tutor, nos ayuda a resplandecer como un tesoro en medio de nuestra vida, ha descubrirlo en su palabra que nos orienta y a sentirlo en su constante encuentro con nosotros a través de la oración.

Hoy cuando nuestra sociedad se encuentra sumida en el abandono espiritual y ético, necesitamos todos los cristianos levantarnos y salir a rescatarla y a buscar todos los medios posibles que el Espíritu Santo nos inspire, para librarla como quien libra un tesoro del ladrón.

Un testimonio de vida ejemplarizante, una vivencia inspirada en la palabra bajo la acción del Espíritu Santo, nos ayudará ha amilanar la depresión, a enraizar el amor y la caridad fraterna orientando a los hombres a que vivan con un corazón dispuesto a guardar el tesoro mas preciado que es Dios. Mediante nuestras vidas y nuestras obras el tesoro brillará y quien lo encuentre contemplara su brillo.

El Espíritu nos da la fuerza y el poder para que muchos conozcan el amor de Dios, quien conoce el amor de Dios no puede tener tristeza ni angustia, no puede vivir en lo vano, lo vacío, lo superficial.
El amor de Dios nos invade el corazón de gozo y alegrías, nos enseña a mirar el mundo de manera diferente, a no sentir miedo, ni cobardía ni temor, a ofrecer y brindar valores y ha repartir el tesoro entre los que necesitan de la misericordia de Dios.

¿Que tan lleno esta mi corazón del brillo de la presencia de Dios? Hoy cuando vivimos llenos de contradicciones y de ambigüedades, es bueno que sepamos lo que significa vivir un verdadero encuentro con Dios, por ello, se hace necesario aprender a abrir el corazón y a sumergirnos en el río del Espíritu para vivir cada una de sus manifestaciones y así, estar listo para tener en el corazón el tesoro de Dios.

No dejemos que caiga la noche, encendamos nuestra lamparas prosiguiendo el camino que nos conduce hacia el tesoro. Pidamos a Dios por todas aquellas cosas con las cuales le hemos ofendido, a pensar y actuar de manera diferente, a caminar por un solo sendero y a que con nuestro paso firme y seguro, nos enseñe lo que Jesús nos ha confiado: darlo a conocer como el camino, la verdad y la vida, en donde reina la paz y la esperanza.

“El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre lo vuelve a esconder, y se siente tan feliz que vende cuanto tiene y compra ese campo”. Mt. 13.44.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:22 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>