jueves, agosto 09, 2007
VALOREMOS CADA PASO QUE DAMOS

Cuando iniciamos un camino nuevo es importante que fijemos nuestra mirada en un lugar seguro y que vayamos valorando cada paso que damos; así, se fortalecerán nuestras seguridades y todas nuestras dudas se van disipando hasta llegar a desaparecerlas.

Si leemos y reflexionamos el Evangelio de San Mateo 14,22-36 entendemos que quien duda y se muestra débil en sus promesas de vida, sucumbe y se deja arrastrar por las fuerzas de la tribulación y el desaliento. Solo si ponemos nuestra absoluta confianza en el Señor, el ímpetu de su aliento y su palabra, nos hará valorar cada paso y nos llenará de fuerza para vencer.

Jesús, nos muestra que es necesario tomar decisiones radicales fortalecidos mediante la fe y la esperanza, confiados de que Él va delante mostrándonos el camino verdadero para alcanzar la verdadera libertad.

Cristo nunca nos ha hablado de triunfos rápidos y fáciles al estilo del mundo. ¡No! Él en varios de sus pasajes, nos alertó ante el desaliento de la prueba y nos aseguró que Él tiene la fuerza para vencerla. En Jn.16.33 nos dice: “Se lo he dicho todo para que tengan paz en mí. Ustedes serán perseguidos en este mundo, pero ¡sean valientes! Yo he venido al mundo”

Una gran prueba de que Jesús está en medio de nosotros, es la fuerza que su Espíritu nos impulsa y anima para poder continuar. Cada día en nuestro despertar notamos su presencia cuando miramos a nuestro alrededor y sentimos que vivimos y que poseemos la pujanza que nos colma y nos lleva a desarrollar nuestros proyectos y proposiciones.

Los discípulos de Emaús lo vivieron cuando volvían a sus casas o trabajos, después de ver muertas sus esperanzas Lc. 24, 13-35. Allí, Jesús como en el Evangelio de San Mateo14, 22-36, caminó en medio de sus tempestades y les pidió que en su andar se llenaran de su confianza y seguridad para así, superar todas las dificultades, todos los vientos y tempestades.

Si vamos con Cristo, todo lo podemos en su nombre. Confiemos que nosotros también podemos caminar y andar sobre aguas tempestuosas como lo hizo Él, lo importante es tener fe y confiar en la fuerza de su Espíritu y de su Palabra, sin aceptar nuestras dudas.

“Padre, ahora ellos reconocen que viene de ti todo lo que me diste. Las palabras que me confiaste, se las he entregado y las han recibido. Reconocieron verdaderamente que yo he salido de ti y creen que tú me enviaste.” Jn 17.7-8.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:20 a.m. | Permalink |


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