martes, septiembre 04, 2007
"ID Y HACED DISCÍPULOS EN TODAS LAS NACIONES"

Al leer y reflexionar el Evangelio de San Mateo Cap.28.19, puedo percibir que la orden del envío que Jesús nos hace es estricta, porque quienes optamos por seguir sus huellas y ser sus apóstoles, tenemos de dejarlo todo y tomar la actitud de continuar el mismo camino, dejando en cada paso sus huellas, como nuestro Maestro.

Nos envía a evangelizar a todos los hombres sin distingo de raza, clase social o religión y nos pide tomar en serio el reto de esparcir en cada rincón del mundo su palabra de vida, para que sean muchos los que lo amen y lo conozcan como el único y verdadero Dios que nos abre el camino de la verdadera libertad y de la salvación.

Él no quiere que nos convirtamos en maestros que enseñan el contenido del Evangelio, sino que desea que nuestra vivencia del encuentro con Él, sea el reflejo de un testimonio de vida abundante, para que, quienes nos escuchan perciban su suave olor y lo acepte sin reservas y sin condiciones.

El desea que nos convirtamos en ríos que llevan el agua viva que sacia la sed, que acoge, enseña y muestra libertad a la esclavitud del mundo, a que seamos testigos de su palabra, a que bañemos cada rincón de la tierra llevando consigo grandes proyectos y propuestas para que el mundo viva en el amor, la paz, la justicia, la fraternidad y la solidaridad, añorando la esperanza de una vida nueva, a que conduzcamos a muchos hombres en el conocimiento de la verdad y ha que perciban la felicidad de tener un verdadero Padre que nos quiere desinteresadamente.

Jesús con su vida, nos enseñó a que siguiéramos su ejemplo de reunir grupos de hombres y mujeres dispersos por el mundo para que se dispongan a realizar una comunicación personal con Él y a convivir y compartir el diario vivir junto a otros.

“Hagan que sean mis discípulos” Mt.28.19. Así como Jesús habló mucho del Reino de Dios a judíos, griegos, romanos, así hoy nos corresponde a nosotros sensibilizar a la practica constante de la liberación interior, mediante la interiorización personal que ayuda a explorar nuestras falsas creencias y errores, permitiéndonos alcanzar con la ayuda del Espíritu Santo, la resurrección de nuestro ser a una vida nueva llena de esperanzas.

“Yo estoy con ustedes todos los días hasta que termine el mundo” Mt. 28.20. Nuestra conversión consiste en descubrir en medio de toda dificultad el amor de Dios Padre, quien desea intensamente que cada uno alcance la salvación por intermedio de su Hijo, quien va a nuestro lado ayudándonos y nutriéndonos con su palabra para que seamos unos buenos discípulos.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:37 a.m. | Permalink |


1 Comments:


  • At 10:01 a.m., Blogger gamardojho

    Esa es la misión de cada catequista, laico, parroquia, comunidad, entre otros. Nuestra misión es evangelizar a cada criatura de este mundo ante tanta violencia, guerra,errores, etc.
    Hay que anunciar el evangelio de la vida y los valores cristianos a cada criatura.

     
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