jueves, octubre 04, 2007
EL DISFRAZ DE LA SEDUCIÓN

Cuando dialogaba con una amiga hace unos días, me relataba de manera confidente la forma como venía siendo engañada por su esposo quien había encontrado en su camino a una joven mujer de quien se había enamorado, poniendo así, en riesgos la unión familiar.
Me decía, que estaba desesperada y a punto de separarse de él e irse a vivir a otra ciudad, donde no supiera más de nadie.

Le dije que tratara de tranquilarse confiando todo en las manos de Dios y que esas son una de las estrategias del mal para desestabilizar lo que Él había unido con mucho amor. Le comente que el mal se disfraza de bien muchas veces para meterse dentro de nuestros corazones y cuando lo sentimos así, nos engañamos nosotros mismos, señalándolo de bueno y con mucha fuerza.

El mal muchas veces nos hace creer que lo que nos sucede es lo más bello y es la mejor forma de como asumimos las cosas, que es ese el mejor escenario que nos puede estar pasando en la vida y hasta nos invita a que invirtamos todas las cosas, como es el esfuerzo que hemos realizado durante años para cultivar nuestro amor dentro del matrimonio, al igual la destrucción de todas las capacidades que hemos venido cultivando en nuestra familia y esos esfuerzos logrados por querer alimentar y fortalecer el bienestar y al amor común y fraterno.

Le dije; Muchas son las personas que hemos vivido esta experiencia y cuando estabamos atrapados, nos confundimos y pensabamos que todo lo que haciamos era excelente, porque habiamos encontrado un espacio de “libertad”.

Es necesario entonces aprender a partir de hoy a tomar distancias y a no dejarse manipular por los deseos y por impulsos emocionales que ayudan a destruir, hay que tener serenidad, mucha inteligencia, para analizar, criticar y para decir NO a todo aquello que aparenta tener bonita apariencia. Es fundamental ante todas las cosas, llenarnos de la presencia de Dios para que podamos lograr el desprendimiento total del mal que nos seduce y se disfraza de bien.

Cuantos obstáculos tenemos en la vida para realizar nuestros objetivos. Son muchos de esos obstáculos los que nos convencen con facilidad; otros nos distraen y nos hacen sentir incapaces de conseguir las cosas, sintiéndonos vencidos. Pero en medio de toda dificultad está Dios quien nos ayuda a no dejarnos arrebatar nuestras alegrías, ni a dejarnos arrastrar por las seducciones, porque son ellas precisamente, el gobierno del mal y las que ayudan a terminan la vida familiar.

Quiero que sepan, que una de las características del mal es sembrar en el corazón el desespero, el desanimo y la tristeza para poder hacer con la persona lo que le venga en gana, haciéndonos incapaces para solucionar los problemas. Es importante entonces, que abramos los ojos y miremos todas las posibilidades que Dios nos brinda para que sembremos en la vida sus bendiciones llenas de amor y felicidad.


USTEDES ENCONTRARÁN LA PERSECUCIÓN EN EL MUNDO, PERO ÁNIMO, YO HE VENIDO AL MUNDO. Jn. 16.33
 
posted by Laureano García Muentes at 4:36 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>