jueves, noviembre 15, 2007
DEJARNOS CONTAGIAR DE LA ALEGRÍA DE LA VIDA

Hoy recuerdo la anécdota de un amigo que me decía: “Dios ha sido tan bueno conmigo porque programe una propuesta para desarrollar mi vida y hoy veo que todo se me ha hecho realidad con la ayuda de Él” y con sus ojos humedecido por las lagrimas, me contó una historia conmovedora de su vida en la que casi peligraba él y su familia; me afirmaba gimiendo: “verdaderamente Dios hace las cosas para el bien de quienes le aman”.

Habiendo escuchado su relato le dije que ese esa historia era un testimonio vivo de que Jesús estaba en su corazón y serviría para alegrar la vida a muchos que viven opacados por las nostalgias y los pesares de los golpes de la vida.

Su historia estaba sintetizada en un relato de su vida pasada y lo que hoy ha alcanzado superar. Recuerdo que me contaba sobre esa época buena que disfrutó al lograr conseguir un buen trabajo en una empresa sólida y con mucho futuro. Allí, consiguió plantearse un programa de ahorro para lograr adquirir vivienda propia, donde al formalizar su familia, conviviera y pudiera criar a sus hijos en un ambiente bueno y acogedor. Ello, me causó regocijo por ser él una persona muy formal. Además, me comento que había vivido momentos difíciles y que le había tocado luchar contra una de esas adversidades que le da la vida cuando se tiene poder y dinero; tener ratos de expansión junto a amigos que querían desviarle su vida con mujeres y bebidas alcohólicas. Y muy triste me decía: “quizás, si hubiese seguido así, hoy estuviera separado de mi esposa y de mis hijos”.

Le pregunté como había hecho; y me contó que fue tal su desesperación que logró encontrar la ayuda de un amigo, quien se preparaba para consagrarse como Religioso en una comunidad de la ciudad, aconsejándolo a que replanteara su vida con la ayuda de Dios, mediante el conocimiento de su palabra, oraciones constantes, propósitos serios y firmes.

Me Maravillé de ello. Él con mucha firmeza en su voz me dijo, “uno para alcanzar metas ha de plantearse propuestas de cambio junto al deseo de mantenerse firme y cumplir, así se lo prometí a Dios, pidiéndole que me mantuviera junto a él por el resto de mi vida y que cada día quería llenarme de su amor para transmitírselo a la familia y a todos aquellos que estuviesen a mi lado. Así he visto estos resultados en tan corto tiempo de mi vida”.

Me dijo: “definitivamente para lograr nuestras metas se requiere dejarnos contagiar de la alegría que nos brinda la vida junto al ser que nos la regaló: Dios. Por ello, debemos ser agradecidos con él y ponernos siempre a su disposición para hacer su voluntad.

Lo abrace y le dije que siguiera animado y que no diera vuelta atrás a sus decisiones.


DAD A DIOS LO QUE ES DE DIOS Y AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR
.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:59 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>