martes, junio 12, 2007
TE INVITO A PESCAR

Te invito a que me acompañes a lanzar las redes como Jesús lo hizo con sus discípulos, quienes a la orilla de lago Genesaret, se hallaban afligidos por haber perdido toda una noche en el mar y no habían podido aprehender ningún pez. Jesús en esa oportunidad, le pidió a Simón y a sus compañeros, que se apartaran un poco de la orilla para enseñar a la multitud que le seguía y al notar el desasosiego de ellos, los invitó a que tiraran nuevamente las redes al mar. Fue tal la pesca, que sacaron tantos peces que las redes estaban a punto de romperse. Ellos, tan emocionados por la pesca numerosa, llamaron a sus compañeros a que los ayudaran a sacar las redes, llenando sus barcas tanto que por poco se hundían. (Lc. 5. 3-7).

Hoy recibimos como discípulos esa misma invitación por parte de Jesús a que rememos mar adentro y saquemos también del océano de la vida y de las preferencias, a muchos hombres y mujeres, para ayudarles a encontrar la libertad y la liberación de sus falsos ídolos e ideologías, de las opresiones, engaños y manipulaciones, ayudándoles ha abrirles el corazón a la esperanza y al amor de Dios.

¿Será que ésta invitación la podremos llamar, seducción, incitación o provocación, como la mal interpretan algunos? ¡No! Hoy el mundo se encuentra invadido por el imperio de la desdicha, la osadía y la desconfianza, y es nuestra experiencia de haber sido atrapado y renovados por el Salvador del mundo, lo que nos hace ser responsables de dar a conocer con nuestro testimonio de vida y con la luz del Espíritu Santo, el único y verdadero camino para lograr ser un cooperador de Cristo; es decir, un pescador de hombres. Y mediante ese servicio ayudaremos a que junto a otros, trabajemos por la transformación de la iglesia y la sociedad cumpliendo con la misión de unir a muchos hombres divididos y dispersos en la persona de Cristo.

Sacar de agua es salvar, es capturar hombres para Dios. Toda vocación es un llamado para ir "mar adentro", a desprenderse del pequeño horizonte de la vida ordinaria, para comprometerse en una obra grandiosa: La salvación del género humano.

La aventura a la que Jesús nos quiere lanzar hoy nos podrá parecer atrevida y con poca perspectiva de éxito. Pero el Maestro sabe mejor que nadie a dónde quiere llevarnos y Él, con su omnipotencia, nos hará triunfar en el proyecto de vida que optemos por seguir y la vocación que asumamos.

"No temas". Jesús no quiere que te aleje de Él.
Ven vamos a pescar.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:14 a.m. | Permalink |


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