domingo, mayo 27, 2007
¿ QUIEN PODRÁ SEPARARNOS DEL AMOR DE DIOS ?
Se vive en el mundo el deseo de la unidad y de la fraternidad para lograr la paz verdadera. Como cristianos comprometidos, avanzamos con paso firme en todo lugar iluminados por el Espíritu Santo, llevando el testimonio de Jesucristo vivo y el anuncio de la palabra que transforma y renueva.

Proclamamos con gozo y fe firme que Dios es comunión, Padre, Hijo y Espíritu Santo, unidad ejemplar y única que llama e invita a, todos los hombres a que participen de esa misma comunión trinitaria.

Vivir la comunión como los creyentes en Cristo, debe ser una prioridad permanente para nosotros los cristianos quienes como Iglesia debemos brindar a todo hombre sin distingo de raza, condición social y económica, la apertura y el espacio vital y natural donde se puede participar y encontrar en medio de todas las dificultades actuales, la paz, la solidaridad, la fraternidad, el amor. Para que así, todo hombre escuche, celebre, viva y difunda al mundo que Cristo es el agente de la unidad.

Vivir en unidad y en comunión es el objetivo primordial de la misión que nos encargó Cristo Salvador. Él el día de Pentecostés nos envió el Espíritu Santo, para que perdiéramos el temor y las debilidades humanas, nos fortaleciéramos con sus gracias y viviéramos la experiencia de la verdad. Además, anunciáramos a todos los hombres, la unión, la participación, y la colaboración, donde quiera que estemos, poniendo al servicio nuestros dones y carismas, contribuyendo con ellos a fortalecer la Iglesia Cuerpo único de Cristo.

Una de las lecturas que me llama la atención en estos momentos y que siempre utilizo para reconfortar mi espíritu es Rom.8.28-39, esa que el Apóstol San Pablo escribió a los Romanos, donde destaca la acción permanente de Dios hacia cada uno de nosotros por medio de su Espíritu.

De ella concluyo que no importa la manera o forma como hayamos conocido a Dios, sino la decisión que hemos tenido para dejarlo todo, ir a Él y seguir los pasos de Jesús. Las gracias de su Espíritu cada día nos alimentan, nos fortalecen y nos ayudan a construir un mundo nuevo en comunión con la familia, los amigos, hermanos y todos aquellos que están a nuestro alrededor.

¿Quién podrá estar contra nosotros? Si le manifestamos al mundo la verdad de Cristo Vivo y Resucitado. Si persiste entre los hombres la maldad, la injusticia social y familiar, se violan los derechos humanos, se secuestra y mata sin ningún temor a Dios.

ESFORCEMONOS A VIVIR LA COMUNIÓN FRATERNA
Y
EL AMOR DE DIOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:36 a.m. | Permalink |


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