martes, mayo 22, 2007
ÉSTA ES LA FELICIDAD VERDADERA
Seguir a Jesús es alcanzar la felicidad verdadera y es la constante, que ha de buscar el hombre para ser verdaderamente feliz. Conseguir afanosamente la felicidad forma parte integral de su proyecto de vida. Por lo tanto, todo cristiano, al ir descubriendo su felicidad, no puede fundamentar su ser en la satisfacción de una ambición, sino que, a medida que la va encontrando ha de ir logrando la armonía y la reconciliación consigo mismo, con el mundo, con los que le rodean y con Dios.

Jesús criticó las caricaturas de felicidad de su tiempo y las de cualquier época, cuando llamó felices a los que la sociedad margina y declara desgraciados: los pobres, los que lloran, a los que no están en el poder, a los que han fracasado.

A diario el mundo vive aguijoneado por los medios de comunicación: televisión, la prensa, revistas, etc, quienes incitan a los pueblos y anuncian una felicidad que se vende enlatada, embotellada y empacada.

Se engaña con anuncios a la sociedad para que realice y logre la felicidad mediante falsas promesas y pretensiones, invitándolos a que con dinero, poder, fuerza y diversiones, busquen por todos los medios, satisfacer sus ansias y debilidades.

Ambiciones basadas en felicidades superfluas logradas a través del goce de bienes temporales, donde incitan al consumo de drogas, traficar con la libertad de las personas y hasta con la personalidad.
Se vive actualmente en una sociedad que busca invertir los valores sin que le importe hasta perder el sentido del bien y del mal a través de espejismos que van de la mano de ese afán desmedido de conseguir la felicidad a cualquier precio.

Jesús nos ha confiado a todos los cristianos la misión de reconocer, proclamar y defender la dignidad humana. Reconocemos que todos los hombres hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y somos llamado insistentemente a ser como Él, hombres nuevos, entre pobres y necesitados.


Quien cree y une su vida a Cristo, le da sentido a su caminar, vive la esperanza, encuentra la plenitud del amor, vive la experiencia de la salvación y la felicidad verdadera.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:21 a.m. | Permalink |


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