"A ti Señor, levanto mi alma"...Salmo 25
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Sábado 2 de Noviembre del 2024
La Iglesia celebra hoy La conmemoración de todos los fieles difuntos celebración que tiene un valor profundo, pues abarca todo el misterio de la existencia humana. En ésta celebración recordamos la memoria de los seres queridos que han fallecido.
Nuestra oración por todos los que han fallecido confiando que en el último día, el Señor los resucitará y restituirá sus cuerpos en una vida incorruptible que estará unida a Él.
En el Evangelio de hoy tomado de, nos presenta este episodio: "Cuando Jesús llegó a Betania, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos quince estadios; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá". Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta respondió: "Sé que resucitará en la resurrección en el último día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?". Ella le contestó: "Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo". Jn. 11, 17-27.
Jesús conduce a la madurez de la fe, a que tengamos un verdadero encuentro personal con Él. La respuesta que Él le da a Marta: "¡Tu hermano resucitará!" "¡Yo soy la Resurrección y la vida! Quien cree en mi, aunque haya muerto vivirá". Un deseo que debe albergarse en nuestros corazones para vivir la Plenitud.
Jesús con esta afirmación nos asegura que las ansias de la Plenitud en la eternidad se van a realizar. Así nos lo dice: "Habrá un cielo nuevo y una tierra nueva donde el llanto y el dolor no van a existir"
Hermanos, tengamos pues bien claro que nuestra historia no termina en el vacío de la muerte por que estamos enrolados en la historia de la Salvación y no en la que nos ofrece el mundo que lleva a la perdición y al fracaso. Recordemos a los muertos con esperanza. Jesús nos ha dicho muchas veces que El es el verdadero camino que nos conduce a la vida, a la vida auténtica, al Dios-amor. Salimos de las manos creadoras de Dios y volvemos a sus manos resucitadoras. Ésta es nuestra fe, ésta es nuestra esperanza. Por ello, damos gracias a Dios y le pedimos que aumente nuestra fe. Recordemos que Dios no cumple siempre nuestros deseos pero si cumple siempre sus promesas.
Señor, hoy recordamos emocionados a los difuntos. Te pedimos que gocen plenamente de tu vida resucitada y que cures el desgarrón que su muerte produjo en nosotros. Te damos gracias por todo lo que nos ayudaron y nos amaron. Fortalece nuestra esperanza de volver a reencontrarnos con ellos, en tu casa familiar, donde Tú nos has preparado un sitio. Enséñanos a vivir, para que aprendamos a morir.