miércoles, octubre 30, 2024

 "El Señor es fiel a sus Palabras"...Salmo 145.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 30 de Octubre del 2024

El Evangelio de hoy tomado de Lc 13, 22-30, nos narra un hecho que ocurre cuando Jesús junto a sus discípulos y mucha gente caminaba hacia Jerusalén. Uno de la multitud le preguntó: "Señor, ¿Serán pocos lo que se salven?" Jesús ante la pregunta inesperada le respondió:  "Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él os replicará: "No sé quiénes sois." Entonces comenzaréis a decir. "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas." Pero él os replicará: "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados." Entonces será el llanto y el rechinar de dientes.". Lc 13, 22-25

Jesús atiende a la pregunta del hombre y le responde haciéndole ver la importancia que es entrar por la puerta estrecha. Y con ello le quiso decir que el que quiera ser su seguidor debe tener disciplina, sacrificio y compromiso.

La puerta estrecha significa que tenemos que ser pequeños, pobres para pasar fácilmente: "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos" (Mt 18,2). El precio a pagar para entrar al cielo es hacerse pequeño, es ser del mismo tamaño de Jesús, que se despojó a sí mismo por nosotros. Jesús, nuestra puerta. Él es el portero. (cf. Jn 10,9). 

Hermanos, para que podamos entender estas palabras de Jesús, les invito a que leamos y reflexionemos el Evangelio de Juan, donde Él dice: "Yo soy la puerta,  si uno entra por mi será salvo"( Jn 19.9) . Y de ello podremos concluir que quien quiera ser seguidor de Jesús debe aprender a vivir como Él, tomar su Cruz y confiar en el Padre que lo resucitó. Por tanto, estamos invitados a responder al amor de Dios-Padre con toda Fidelidad, porque Jesús es y será siempre una puerta abierta y nada ni nadie la podrá cerrar.

Señor, todos queremos ser felices, plenamente felices. Tú has puesto en nuestro corazón el deseo de una felicidad infinita, pero no siempre acertamos entrar por la puerta que conduce a esa felicidad, a esa salvación. Tú, Jesús, eres la puerta hacia la felicidad que colmará todos nuestros deseos. Tú nos esperas para abrazarnos, para perdonarnos, para curarnos, para transformar y renovar nuestra vida y para llenarla de alegría plena y duradera.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:24 a.m. | Permalink |


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