"Esta es la generación que busca tu rostro, Señor"...Salmo 24.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Viernes 25 de Octubre del 2024
En el Evangelio de hoy tomado de Lc 12, 54-59, Jesús le hace ver a los discípulos y a la gente la importancia que tiene el discernimiento de los signos de los tiempos y les enseña a ser prudentes y previsores para descubrir en ellos la presencia de Dios.
Esa enseñanza nos la presenta el texto del Evangelio de hoy, así: Jesús les dijo a la multitud: "Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: "Viene bochorno", y así sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿Cómo no exploráis, pues, este tiempo? ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo". Lc 12, 54-59.
Jesús pide contemplar sus Palabras para así comprender lo que Él nos quiere transmitir.
Al leer el texto del Evangelio observamos que este nos habla de la naturaleza, los campos, el cielo, las estrellas, el viento como un regalo de Dios y en base a ellos, las gentes hacen pronósticos y ello, Él lo reprocha y critica, pues, dice que ni siquiera hacen el esfuerzo en reconocer lo que sucede a sus alrededores y en el tiempo presente, pues si estos lo realizaran, ayudarían a desentrañar bien las señales de la conducta a seguir y entonces caminarían por mejores senderos hacia una verdadera conversión.
Hoy Jesús nos invita a la rectificación de la vida y a arriesgarse a conocer a Dios y a Jesús como el Mesías.
Jesús nos presenta una llamada a saber y a elegir lo que nos une, lo que nos divide y lo que nos enfrenta para que con voluntad y una seria decisión busquemos la reconciliación con Dios y con nosotros mismos.
Señor, desde todos los rincones nos estas llamando. Siento tu mirada en muchos ojos que nos miran. Escuchamos tu palabra en muchas voces que nos gritan como en aquellos que nos necesitan. Tú nos preguntas cuando vemos esos niños hambrientos o esas madres extenuadas con su hijo a la espalda. Sabemos de muchos hombres que no oyen tu evangelio, de otros que malviven y de muchos que roban para poder seguir viviendo. Y todos ellos nos gritan en silencio que no viva tan tranquilo.