sábado, octubre 26, 2024

"Vamos alegres a la casa del Señor"...Salmo 122

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 26 de Octubre del 2024

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 13, 1-9, vemos a Jesús que continúa insistentemente  advirtiéndole a la gente a estar preparados para el encuentro final y definitivo con Dios, evitando pensar o creer en que las circunstancias adversas y las desgracias llegan a las personas por el castigo de sus pecados.

Dice el texto del Evangelio que: " En una ocasión se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos cuya sangre, Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. El les respondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera". Lc 13, 1-5.

Las circunstancias adversas, las desgracias no son castigos que da Dios por los pecados cometidos, son unos pasos que vivimos para lograr nuestra conversión. 

Recordemos que Dios nos ama infinitamente y quiere que busquemos el camino verdadero de la felicidad. Por tanto, es para nosotros una urgencia ver y reconocer en las circunstancias adversas de la vida, como Dios se nos muestra en ellas para transformar nuestros corazones.

Nuestro Padre-Dios no es un Dios justiciero qué va castigando a sus hijos con enfermedades, desgracias o accidentes, ¡No! Él quiere que tú y  yo regresemos a nuestra partida y fijemos nuestras miradas hacia Él, quien a través de los diferentes acontecimientos, nos llama a la verdadera conversión y al cambio de nuestras vidas.

Ilumina, Señor, nuestro entendimiento y corazón, para que Tú seas cada día con más fuerza, el dueño de nuestros pensamientos, de nuestras palabras y actos; para que todo en la vida gire en torno a Ti; y sea reflejo de tu amor infinito, de tu bondad, de tu misericordia y tu compasión.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:24 a.m. | Permalink |


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