"Bendito sea el Señor, porque ha visitado a su pueblo"...Int. Lc 1.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Jueves 10 de Octubre del 2024
En el Evangelio de hoy tomado de Lc 11, 5-13, Jesús quiere hacerles ver a sus discípulos que la oración insistente y perseverante no cambia la voluntad de Dios sino que fortalece la Confianza.
El texto del Evangelio nos muestra que Jesús les dice a sus discípulos: "Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice: "Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre." Lc 11, 5-10.
En el Evangelio de ayer veíamos que Jesús enseñaba a sus discípulos a orar; y hoy, Él quiere dejarles claro que no se puede ser faltos de ánimo y firmes para soportar los problemas y penas sino que hay que ser pacientes, constantes y perseverantes sin dejar de orar porque Dios escuchará nuestras peticiones y las hará una realidad.
Él hoy nos recalca que no se puede nunca abandonar el interés por recibir a pesar de que veamos cerradas las puertas. Y nos lo dice: "Pedid y se os dará".
Estas palabras tienen fuerza de cumplimiento porque todo lo que viene de Dios se cumple.
Muchas veces pedimos cosas que son inalcanzables o extrañas movidos por ilusiones pero, Dios allí nos pone en nuestro lugar y no nos las concede por ser estas cosas que están bañadas por las apariencias y buscan apartarnos de su bondadosa presencia.
Tengamos pues firmes una gran confianza en la eficacia de la oración pues nuestro Padre - Dios no es indiferente a nuestras súplicas.
Señor, con la confianza y la seguridad que Tú eres nuestro Padre, venimos donde ti dispuestos a pedirte todo lo bueno que necesitamos para crecer en la fe y la esperanza, aunque muchas veces no sepamos pedírtelo ni agradecértelo. Hoy tocamos a tu puerta y en ti buscamos las intenciones de nuestra oración.