"El poderoso ha hecho obras grandes en mi: Su nombre es Santo"...Lc 1.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Lunes 7 de Octubre del 2024
Hoy celebra la Iglesia a Nuestra Señora de Santo Rosario. Según la tradición la Santísima Virgen María se apareció a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouihe (Francia) el 7 de octubre del 1208 con un Rosario en sus manos y le enseñó a rezarlo y al terminar, se lo entregó para que promoviera su rezo contemplando los misterios de Cristo bajo el amparo de ella.
El Evangelio de hoy tomado de Lc 1, 26-38 nos presenta el momento trascendental de la Anunciación del Ángel Gabriel a María.
Dice el texto del Evangelio que: "Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin". María respondió al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?". Lc 1, 26-35
Como lo vemos en el texto del Evangelio, María mostró una confianza ilimitada en el Señor; así lo muestra su respuesta libre y consciente. No dudó un solo instante en aceptar el misterio de su misión como Madre del Salvador.
María mostró al ángel Gabriel la grandeza de su humildad y de su confianza absoluta en Dios y le expresa sin titubeos: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".
Hermanos, Es María un modelo de discípula de Jesús. Ella nos regala su ejemplo de entrega incondicional al seguimiento de su hijo Jesús en todos los escenarios de tristeza y desesperanza. Tengamos pues, esa actitud que nos muestra hoy María y dejemos que ella nos conduzca de la mano a conocer y vivir a plenitud la persona de Jesús.
Señor, así como María supo acoger el anuncio del ángel, permite que nosotros sepamos escuchar y aceptar lo que hoy quieres decirnos a través de esta Palabra, porque nuestro anhelo es que la verdad de tu Evangelio impregne todo nuestros modo de ver, pensar y de actuar. Permite que siempre digamos un «sí», alegre y confiado en todo lo Tú quieras pedirnos.