viernes, septiembre 27, 2024

"¡Bendito el Señor, mi roca!"...Salmo 144

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 27 de Septiembre del 2024

Hablar de una persona resulta muy difícil, porque ésta puede reclamar si le parece que la descripción no es correcta. Además, la persona humana, con sus vivencias, sentimientos e ideas, es demasiado grande para caber en nuestras palabras. El corazón del otro siempre es un misterio que nadie consigue desvelar por completo. Mucho más complejo es hablar de la persona “Jesús de Nazaret”, resulta comprometido, porque no hay ninguna posibilidad de permanecer neutral o de emitir una opinión personal sin tomar posiciones. La gente no tenía claro quién era Jesús, donde encasillarlo. El mismo Pedro tan pronto dice: “eres el Cristo de Dios”, como en otro momento niega conocerle.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 9,18-22 así nos lo narra. En el, vemos a Jesús que quería saber sobre lo que la gente habría comprendido de Él  y entonces le pregunta a sus discípulos ¿Qué habían escuchado sobre la opinión pública sobre Él y también, ellos, sobre su persona?

Así nos lo narra el texto del Evangelio: "Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con Él, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy Yo?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado”. “Pero ustedes, les preguntó, ¿Quién dicen que soy Yo?” Pedro, tomando la palabra, respondió: “Tú eres el Mesías de Dios”. Lc 9, 18-20.

Jesús oraba a solas como muchas veces lo hizo antes de los acontecimientos importantes que vivió. Él quería saber lo que la gente pensaba de Él. Pues existía una gran murmuración y su fama se extendía por todas partes. 

Después de escuchar la opinión de sus discípulos y de haber estado conviviendo con ellos unos dos años aproximadamente quería conocer si habían captado su doctrina y enseñanza a través de sus palabras y milagros.  Solo Pedro fue el único que se atrevió a decir: "¡Maestro, Tú eres el Mesías de Dios!"

Hermanos, la respuesta de Pedro fue radical y contundente y ella, nos invita a no dudar que Él es el Enviado de Dios y nuestro Salvador, por tanto, es esta una invitación para nosotros sus seguidores de hoy a que le escuchemos y le sigamos para estar siempre a su lado deleitando sus Palabras. 

Señor, lo primero que debemos buscar para alcanzar la verdadera felicidad es vivir centrado en Ti, por eso tenemos que arraigarnos a Ti y corresponder con generoso  amor a tu gracia para saber vivir en las bondades que tu nos regalas y  reconocerte en los acontecimientos, buenos y malos.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:28 a.m. | Permalink |


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