"Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor"...Salmo 17
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Viernes 20 de Septiembre del 2024
El Evangelio de hoy tomado de , nos narra que Jesús en el recorrido de su misión, siempre iba en compañía de los doce Apóstoles y de muchas mujeres a quienes había sanado de los espíritus inmundos y de sus enfermedades.
Así nos lo narra el texto del Evangelio: "Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido sanadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes". Lc 8, 1-3
Jesús en su plan salvífico incluye a todos lo seres humanos y sobre todo a los que para muchos no cuentan, a los excluidos.
Como lo leemos en el texto del Evangelio, las mujeres son las protagonistas en los diferentes acontecimientos que realiza Jesús y por lo tanto, receptoras de la Buena Noticia del Reino de Dios.
A pesar de que las mujeres en esa época no tenían valor, Jesús en su dinámica las adhiere a su proyecto y las hace parte fecunda de la salvación y capaces de generar vida nueva.
Hermanos, Jesús nos muestra un gran ejemplo: Él independientemente del género humano, como también del pasado o condición social, está llamado a participar en la construcción del Reino de Dios, por tanto, valoremos y promovamos esta muestra de amor de Dios y sin condicionamiento, pongamos a disposición de todas las gentes los dones, carismas y talentos y salgamos a todos los lugares a mostrar el rostro alegre, amoroso y misericordioso de Dios para que sean muchos los que nos sigan y conozcan la persona de Jesús.
Señor ayúdanos a aprender de los demás, ayúdanos a enseñar con nuestra vida a muchas personas. Que nuestro corazón se llene de tus regalos grandes y divinos que son la paz, el amor, la armonía, el diálogo, la comprensión y la capacidad de integrarnos todos para poder así, juntos, construir el Reino de Dios. Bendícenos y permite decirte todos los días: Aquí estoy Señor, quiero ser tu discípulo porque quiero vivir como tu viviste, haciendo el bien.