sábado, junio 01, 2024

"Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío". Salmo 63.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 1 de Junio del 2024

INTRODUCCION:

Jesús y sus discípulos acudían con frecuencia al Templo. Jesús no estaba de acuerdo con lo que los vendedores y cambistas hacían en el Templo: “Entrando en el Templo se puso a expulsar a los que vendían y compraban, y derribó las mesas de los cambistas y los asientos  de los vendedores”. De esta manera habían convertido el Templo en una cueva de ladrones, olvidándose que era una casa de oración. “Los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores”, cuyo interés máximo era ir en contra de Jesús,  buscaban siempre sorprenderle en algún fallo. En esta línea le hacen esas dos peguntas: “¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?”. Buscan que Jesús aluda a su ser mesías… algo que sus interlocutores no aceptan y tendría así un motivo para procesarle legalmente. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, no les responde directamente, sino que les formula otra pregunta comprometida para ellos sobre el bautismo de Juan, que no se atreven a responder. Ante esta negativa Jesús les dice: “Pues tampoco yo os digo con qué autoridad haga esto”. A Jesús tenemos que acudir buscando sus palabras de luz y de salvación para nosotros. Y entonces siempre nos responderá. “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no anda en tinieblas”.

El Evangelio tomado de Mc 11, 27-33  Así nos lo narra hoy: "Después de haber expulsado a los vendedores del Templo, Jesús volvió otra vez a Jerusalén. Mientras caminaba por el Templo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos se acercaron a Él y le dijeron: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio autoridad para hacerlo?” Jesús les respondió: “Yo también quiero hacerles una pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. Díganme: el bautismo de, Juan Bautista, ¿venía del cielo o de los hombres?” Ellos se hacían este razonamiento: “Si contestamos: “Del cielo”, Él nos dirá: “¿Por qué no creyeron en Él?” ¿Diremos entonces: “De los hombres?” Pero como temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan había sido realmente un profeta, respondieron a Jesús: “No sabemos”. Y Él les respondió: “Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas”. Mc 11, 27-33.

De verdad, cuando no existe disposición para conocer la verdad tampoco seremos capaces de aceptar las pruebas y entonces conocer el misterio de Dios nos parece frío y lejano. Así, les pasa hoy a los sumos sacerdotes, escribas y ancianos que se le acercaron a Jesús para cuestionarlo porque sentían envidia y enojo a la vez por no poseer esa autoridad de Jesús y por ello no le preguntaron con sinceridad, corazón abierto y deseos de aprender, pues solo querían señalarlo y condenarlo.

Hermanos este Evangelio de hoy nos da una gran lección: Cuando nos enfrentamos a aquellos que niegan a Jesús ni lo aceptan, no nos dejemos enredar por suspensión pensamientos engañosos y mentiras. Tú y yo estamos llenos de la enseñanza y del conocimiento de la Palabra y la guía que nos brinda el Espíritu Santo y les mostraremos nuestra convicción en la fe. Somos de Dios y somos Sal y Luz para el mundo. 

Señor, abre nuestras mentes y, sobre todo nuestros corazón, para descubrir el tesoro de la fe en tu Evangelio. Ayúdanos a creer, aunque nos duela e implique el que tengamos que cambiar nuestros modos de pensar y nuestras ideas, donde nos hemos «acomodado» para evadir toda exigencia. Danos la fuerza para dejar atrás nuestros prejuicios e inseguridades. ¡Muéstranos el camino de tu amor!

 
posted by Laureano García Muentes at 5:38 a.m. | Permalink |


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