"Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia"...Salmo 107.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Domingo 23 de Junio del 2024
INTRODUCCION:
El Evangelio de hoy es un reflejo de
nuestra propia vida. ¿Cuántas veces hemos sufrido problemas que nos han turbado
y quitado la paz mientras parecía que Dios estaba dormido? No pocas veces hemos
gritado a Dios porque creíamos hundirnos. Pero miremos la reacción de Jesús:
reprocha nuestra falta de fe. Lo contrario de la fe y del amor no es el odio,
sino nuestra cobardía. Jesús pregunta: “¿Por qué tienen miedo? ¿Por
qué es tan débil su fe?”
En el Evangelio de hoy tomado de Mc 4, 35-41 Jesús invita a sus discípulos a pasar a la otra orilla y junto con Él, fueran testigos del milagro que iba a obrar.
Dice el texto del Evangelio que: "Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Crucemos a la otra orilla”. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron en la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.
Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: “¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?” Despertándose, Él increpó al viento y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!” El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?”. Mc 4, 35-40.
Hermanos, el Evangelio de hoy es una clara invitación a que despertemos la fe y confiemos en ella en todos los momentos de dificultad. Jesús hoy nos pregunta: "¿Por qué somos tan cobardes? ¿Todavía no tenemos fe?".
Jesús nos invita a atravesar el mar de nuestras inseguridades e ir más allá de lo conocido. Sabemos muy bien que ello no es fácil porque en medio de ese mar, tenemos que estar prestos a luchar y luchar contra vientos fuertes y mareas para no dejar romper nuestra frágil embarcación.
No podemos olvidar que Jesús nos prometió estar todos los días junto a nosotros hasta el final de nuestro tiempo; y a pesar de que va con nosotros en la barca, nos atemorizamos de miedo y nerviosismo.
Preguntémonos: ¿Por qué tantos miedos para enfrentar esos tiempos cruciales?, ¿Será que nuestra fe no está aún sólida?, ¿Por qué nos resistimos en buscar a Dios?, ¿Por qué buscamos a veces ayuda en algo que no es conocido?
Señor, aunque creemos tener fe, necesitamos de tu gracia para acrecentarla. Ante los problemas y angustias nos acobardamos. Te suplicamos que esta oración nos ayude a creer con fe viva en tu nombre, a actuar de manera filial recordando que Tú eres un Padre que vela con infinita ternura sobre nosotros. Ayúdanos a descubrir tu mano amorosa detrás de todo, porque Tú sólo buscas nuestro bien.