martes, abril 30, 2024

"Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu Reino"...Salmo 145.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 30 de Abril del 2024

INTRODUCCION:

La paz es fruto de una relación en armonía con la naturaleza, con uno mismo, con los demás y con Dios. Cuando falta la armonía, reina la injusticia, la desigualdad, el egoísmo, la violencia; no puede haber paz. Por eso tenemos una misión que nos deja Jesús: construir unas relaciones humanas de armonía, de justicia, de igualdad, para que pueda reinar la paz.  Si no hay justicia, no puede haber paz. Esta paz es el fruto de la victoria del amor de Dios sobre el mal, es el fruto del perdón. Es la experiencia de la misericordia de Dios en nuestra vida. La paz que garantiza los bienes mesiánicos de la salvación. El don de la Paz que Jesús comunica a los discípulos, es expresión del amor del Padre, fuente de gozo. Esa paz no la puede dar el mundo.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 14, 27-31a, Jesús le comunica su paz a los discípulos, una paz duradera y que será permanente.

Así lo narra el texto del Evangelio: "Jesús dijo a sus discípulos: "Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: Me voy y volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean"   Jn 14, 27-29.

Jesús le habla a sus discípulos sobre la paz que Él les deja, una paz que es diferente a la que el mundo puede ofrecer. Y les invita a no angustiarse ni temer, confiando en Él y en su amor.

La promesa de Jesús de no dejarnos solos nos recuerda que, a pesar de las dificultades que enfrentemos, Él está con nosotros. Nos insta a no perder la fe y a confiar en Dios en todo momento.

Hermanos, este pasaje nos invita a encontrar consuelo y fortaleza en la Palabra que es presencia viva de Él, y nos recuerda que su amor es inquebrantable y que su paz verdadera en medio de las pruebas de la vida y nos pide que confiemos en que Dios está con nosotros en todo momento y siempre está dispuesto a guiarnos y sostenernos en su amor.

Señor, Danos Señor un amor limpio, que no provoque dependencias. Ayúdanos a encontrar y seguir el camino que nos conduce a Ti. Perdona Señor nuestros intentos de dominar, de quitar libertad. Gracias por habernos creado libres, por querernos siempre. Cura el pecado que hiere y mata la libertad y la felicidad.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:56 a.m. | Permalink |


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