lunes, abril 29, 2024

"No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre"...Salmo 115.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 29 de Abril del 2024

INTRODUCCION:

El tema que nos presenta el Evangelio de hoy es el del Amor. Es la melodía de fondo de este Evangelio. Amor de Jesús a cada uno de nosotros, y de nosotros a Él. Se trata del Amor que es “intimidad” por eso habla de “estar con Él”, de “seguirlo”, “vivir de Él”. Amor, que también es “compromiso”, de “permanecer en su amor”, “Si alguien me ama, Mi Padre le amará y vendremos a él, y haremos morada en él”. Por eso, es bueno reafirmar que amar a Jesús se manifiesta en algo concreto (compañía, amistad, servicio, compromiso). No es solo palabras bonitas. El que ama a Jesús lo demuestra cumpliendo su palabra, lo que nos pide en el evangelio. El que vive así es amado por el Padre. Entonces Jesús promete que vivirá en él junto con el Padre. El termómetro para saber la calidad de nuestra pertenencia y fidelidad en el seguimiento es fácil de entender y definir, no se necesita ni muchos doctorados ni grandes y detalladas tesis; simplemente mirar quién y quiénes están en el centro de nuestras preocupaciones y ocupaciones diarias. Ser testimonio de Cristo Resucitado con la palabra y la vida.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 14, 21-26, Jesús les habla a sus discípulos sobre la importancia del Amor y les reafirma que quien permanece en Él y muestra fidelidad a su Palabra se constituye en testimonio de su Resurrección con palabras y vida.

Él les dice: "El que guarda mis mandamientos después de recibirlos, ése es el que me ama. El que me ama a mí será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él" Judas, no el Iscariote, le preguntó: "Señor, ¿por qué hablas de mostrarte a nosotros y no al mundo?"  Jesús le respondió: "Si al guíen me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él." Jn 14, 21-23.

Jesús les hace ver a quienes le siguen, que el propósito principal del discurso es Predicar el Evangelio y hacer el bien a cuantos lo necesitan, principalmente a los pobres.

La fuerza del Evangelio ha de impulsar a los discípulos a estar en disposición permanente de salida para ir por los caminos a escuchar las voces de los más necesitados y así, decepcionar sus necesidades y ser corresponsales del amor recibido por parte de Dios donde encontrarán su bondad, el consuelo, la misericordia y la esperanza. Es encarnar la Palabra de Dios.

Jesús nos dice hoy a ti y mi: "Yo y mi Padre vendremos y haremos morada en quienes de verdad nos aman". Preguntémonos: ¿Cómo estamos experimentando nosotros esa promesa de Jesús? 

Señor, ayúdanos a crecer en sencillez y humildad, a acoger agradecidos tu Palabra y tu amor.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:29 a.m. | Permalink |


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