"Que me escuche tu gran bondad, Señor "...Salmo 69

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 25 de Junio del 2023

Confiar en Dios es confiar en nuestro propio ser, en la vida, en lo que somos de verdad. No se trata de confiar en un ser que está fuera de nosotros y que puede darnos, desde fuera, aquello que nosotros anhelamos. Se trata de descubrir que Dios es el fundamento de nuestro propio ser y que podemos estar tan seguro de nosotros mismo como Dios está seguro de sí. Por grande que sea el motivo para temer, siempre será mayor el motivo para confiar. Confiar en Dios es aceptar la realidad que Él quiso, tal como la quiso. Confiar en Dios no es esperar su intervención desde fuera para que rectifique la creación. Es entrar en la dinámica de la creación y no violentarla. Es dejarse llevar por la energía de la vida que sabe perfectamente a donde tiene que llevarme. Es dejar que la vida fluya por los cauces que le ha preparado su creador, y no por los que una criatura, que se cree la reina de la creación, quiere llevarle. No nos engañemos, ponerse de parte de Jesús es ponerse de parte del hombre, sobre todo del marginado. Dios no está desde fuera manejando a capricho su creación. Está implicado en ella inextricablemente. Su voluntad es eterna e inmutable, pero no es algo añadido a la creación, sino la misma creación.

Hermanos, el miedo sobreviene cuando en nuestros  corazones no existe un  compromiso fuerte y una Fe firme. Sentimos miedo por quedar solos, sin amigos, sin el amor familiar o de  las personas que están cerca de nosotros. Si, también nos da miedo de hablar en público por ejemplo, pues no queremos hacer el ridículo y suscitar  comentarios que puedan hacer las personas.

Muchos ante estos temores recurrimos a otras religiones, brujería y supuestos magos para con sus prácticas nos liberen de esos miedos e incertidumbres.

Hermanos, la Fe en Dios es la que nos llena el corazón de fuerzas para vivir alegres y alejados del pesimismo y la cobardía. La Fe, nos anima al compromiso de ser seguidores de Jesús y hombres fuertes para enfrentar las diferentes dificultades que se nos presenten en la vida. 

Revisemos nuestra vida y esa relación que tenemos para con Dios y nuestros hermanos y miremos que es lo que nos afecta y nos hace sentir miedo. Pidámosle al Espíritu Santo que nos asista y ayude a ser fieles anunciadores del mensaje del Salvador. 

Señor, aquí estamos delante ti y venimos para estar unos momentos contigo y decirte que te amamos y te necesitamos. Hoy te pedimos que renueves nuestro amor, nuestra fe y confianza en ti para que jamás nos apartemos de ti.