jueves, junio 01, 2023

"La palabra del Señor hizo el cielo"...Salmo 33.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 1 de Junio del 2023

Jesús cura al ciego Bartimeo. Es un relato muy sencillo, pero lleno de detalles, y un símbolo claro de la ceguera humana espiritual, que también puede ser curada. La gente primero reacciona perdiendo la paciencia con el pobre que grita. Jesús sí le atiende y manda que se lo traigan. El ciego, soltando el manto, de un salto se acerca a Jesús, que después de un breve diálogo en que constata su fe, le devuelve la vista. La ceguera de este hombre es en el evangelio de Marcos el símbolo de otra ceguera espiritual e intelectual más grave. Sobre todo porque sitúa el episodio en medio de escenas en que aparece subrayada la incredulidad de los judíos y la torpeza de entendederas de los apóstoles. Como cuando vamos al oculista a hacernos un chequeo de nuestra vista, hoy podemos reflexionar sobre cómo va nuestra vista espiritual. 

El Evangelio de hoy tomado de Mc 10, 46-52 nos relata la situación de un ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo que se encontraba sentado al borde del camino que conduce entre Jericó y Jerusalén. Jesús salía de Jericó con sus discípulos y le seguía una gran multitud. Dice el texto que el ciego comenzó a decir a gritos: "Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí". Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: "Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí". Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Llamaron al ciego, diciéndole: "Ánimo, levántate, que te llama". Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: "¿Qué quieres que te haga?". El ciego le contestó: "´´Rabbuní´´, que recobre la vista". Jesús le dijo: "Anda, tu fe te ha salvado". Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino. Mc 10, 46-52.

La petición del ciego Bartimeo fue insistente. y con toda sencillez de corazón le responde a la pregunta de Jesús: "Maestro, que recobre la vista".

Hermanos: Miremos la actitud de Jesús. Él consideró que no podía seguir avanzando en su camino hacia Jerusalén ignorando el sufrimiento del ciego. Se detiene y hace que todos los que le seguían  también lo hagan.

Esta actitud nos lleva a concluir que quienes estamos siguiendo a Jesús no podemos ir tras Él sin que estemos atentos a la llamada de todas las personas que sufren, puesto que la mirada y el corazón de Dios siempre estarán puestos en los que piden ayuda y necesitan de la compasión. 

Si cambiamos nuestra manera de mirar a Jesús, si leemos sus Evangelio con ojos nuevos y captamos el sentido de sus mensajes, sentiremos que sus fuerzas nos arrastran a vivir la alegría de su llamado.

Señor, como Bartimeo somos ciegos, nos falta la luz de la fe y por eso tropezamos con el pecado. El egoísmo cierra nuestros ojos, nos paraliza. Por eso también hoy también te gritamos fuertemente: Señor, ¡ten compasión de nosotros! ¡Señor, haz que veamos! ¡Haz que nos alejemos de tanta indiferencia y comodidad y nos movamos por el amor, la esperanza y la fe!
 
posted by Laureano García Muentes at 5:00 a.m. | Permalink |


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