lunes, abril 10, 2023

"Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti"...Salmo 16.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 10 de Abril del 2023

El evangelio de hoy describe la experiencia de resurrección de las discípulas de Jesús. Estas mujeres del pueblo, no tenidas en cuenta para que testificaran en público ni participaran en ninguna de las decisiones, se convierten en las primeras anunciadoras de la resurrección. Por otra parte, los sacerdotes y ancianos, jefes respetables y con poder religioso y político son instrumentos de la mentira usando la complicidad y el soborno. Por eso hoy se nos indica que la Buena Noticia se abre paso, a pesar de las intrigas de los que no quieren el Reino. Este acontecimiento constituye la gran buena noticia de nuestra historia. El descubrimiento del sepulcro vacío de Jesús pone en movimiento a diversos personajes y suscita en ellos la búsqueda. Es en este escenario donde El Señor Resucitado se da a conocer en contra de las dudas y el escepticismo.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 28, 8-15 nos relata la primera aparición de Jesús Resucitado a las mujeres que habían ido al sepulcro y el encargo que Él les entregó de llevar a los apóstoles la buena noticia de la Resurrección.

Dice el texto que: "Las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo  "Alegraos." Ellas se acercaron, se postraron ante Él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: "No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán." Mt 28, 8-10.

Las mujeres estaban atemorizadas por lo que allí había ocurrido, pero a la vez estaban llenas de alegría por lo que les dijo el Ángel del Señor y salen a prisa para darles a conocer a sus amigos este gran acontecimiento. 

Hermanos, hoy como también ocurrió en ese tiempo la fuerza de la Fe nos exige creer, por ello es necesario que asumamos con valentía y decisión el actuar de esas mujeres del Evangelio como un compromiso con aquel que a pesar de haber sido perseguido, maltratado y matado en una cruz, venció la ignominia del pecado y se  entregó por amor a la humanidad y Resucitado de entre los muertos nos ha abierto las puertas de la vida eterna donde el gozo será abundante.  

Señor, hoy de nuevo nos recuerdas que no hay que tener miedo. Tu muy bien conoces nuestra debilidad que produce ese temor que nos obstaculiza. Por eso te suplicamos que nos regales la luz de tu resurrección, que nos llena de alegría y nos fortalece para buscar el bien y la verdad.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:03 a.m. | Permalink |


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