miércoles, abril 05, 2023

"Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor" .Salmo 69.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 5 de Abril del 2023

La traición de Judas Iscariote nos parece una acción totalmente repugnante. Y nos cuesta entender el misterio de ese hombre. ¿Qué motivos tenía para traicionar a su Maestro? Él fue elegido un día por Jesús para que formara parte del círculo más íntimo de sus amigos. Lo acompañó durante su vida pública. Escuchó sus enseñanzas. Vio sus innumerables milagros. Y sin embargo lo entrega por treinta monedas. ¿Qué habrá pasado en ese hombre para llegar a tal extremo? No se sabe con seguridad cuáles han sido los motivos de su traición. Unos piensan que ha sido por codicia y otros piensan que se sintió defraudado por su Maestro: Jesús no era lo que él esperaba. Él esperaba una liberación de su pueblo del yugo de los romanos, esperaba a un Mesías político. Los demás apóstoles tenían también ambiciones humanas, pero en su contacto con Jesús, lograron purificar su fe. Judas no consiguió eso y la traición fue su manera de vengarse entregándolo para que le juzgaran y le dieran muerte.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 26, 14-25, Jesús le vuelve a anunciar a los discípulos la falta de lealtad de Judas Iscariote. Este hecho se describe así en su texto: "Uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: "¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?" Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?" El contestó: "Id a casa de tal hombre, y decidle: "El Maestro dice: mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos". Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras comían, dijo: "Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar". Ellos consternados se pusieron a preguntarle uno tras otro: "¿Soy yo acaso, Señor?". Mt 26, 14-20.

Miremos: La persona de Judas era uno de los doce que había escogido Jesús para que lo acompañara. Él, vio muchos milagros que realizó y saboreó sus palabras, pero, la ceguera de  la ambición  y la codicia lo envolvieron y entonces, dejó  de creer y esperar en las promesas que ofrecía Jesús  hasta el punto de llevarle a actuar de manera deshonesta y traicionar incluso a la persona que según él, más quería. Si, estaba ciego y no le importó entregar a las autoridades judías a un hombre inocente. "¿Cuanto me darán si se los entrego? " y le dieron treinta monedas de plata.

Con esta actitud, Judas mostró su perversidad, su maldad y se hizo despreciable.

Hermanos, la traición de Judas es una advertencia para no estar atentos a la codicia, a la envidia y la búsqueda del poder que con tanta fuerza hoy a todos nos jalona; y de la cual, somos muchos los que caemos con tanta facilidad. Por ello, se hace propicio que nos preguntemos: ¿Son mis actuaciones impulsadas por el egoísmo? ¿Cuántas veces he actuado como lo hizo Judas?. Recordemos que cuando el pecado se gana el corazón de una persona no importa si éste se hace daño o incluso lleva a la muerte de un hombre inocente.

Señor, no permitas que abusemos de tu misericordia. Que nuestro corazón no se endurezca sino que se llene de ese santo temor que lo encauce a nunca ofenderte conscientemente. 

 
posted by Laureano García Muentes at 5:11 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>