viernes, abril 07, 2023

"Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu"...Salmo 31

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 7 de Abril del 2023

Frente a la Cruz de Jesús, vemos casi hasta tocar con las manos cuánto somos amados eternamente, frente a la Cruz nos sentimos 'hijos' y no 'cosas' u 'objetos'. La sangre, los golpes y las humillaciones de la Pasión nos pueden conmover fuertemente, pero no fueron esas las condiciones por las que Jesucristo nos dio la salvación. El las sufrió, sí, pero lo que nos alcanzó el perdón fue la obediencia incondicional al Padre. Si, ese al que le dijo: «Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad». Hermanos, en nuestra vida diaria podemos ser redentores con Cristo si nos dedicamos con totalidad a hacer la Voluntad del Padre en nuestra vida. Así, salvaremos nuestra alma y la de los demás en la medida en que nos entreguemos a realizar lo que Dios quiere de nosotros. Para ello hay que subir a la cruz como lo hizo Cristo, es decir, solo desnudándonos de nuestra soberbia, de nuestra vanidad, de nuestros gustos y de nuestras comodidades podremos entregarnos con totalidad a la realización del plan de Dios en nuestra vida y así exclamar al final de nuestro peregrinar. "Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu".

Hoy se celebra el Viernes Santo día culminante donde Jesús se entrega plenamente con profundo amor a la crucifixión y muerte en una cruz por toda la humanidad.

El Evangelio de hoy tomado de , 42, nos narra todos los sucesos donde Jesús es el protagonista desde los momentos previos a su pasión. Él vive en carne propia momentos de angustia en el monte de los Olivos cuando arrodillado oraba al Padre diciendo "Padre, si quieres, aparta de mi ese cáliz. Pero que no se haga mi voluntad,  sino la tuya", como también todos los hechos posteriores que le ocurrieron, como fueron: la aprensión realizada por un grupo de soldados y guardias que lideró Judas Iscariote su discípulo, el interrogatorio que realizó el Sumo Sacerdote cuando fue llevado al pretorio para ser  interrogado por Pilato, el camino a su crucifixión en el Gólgota y su posterior muerte en una cruz al lado de dos malhechores.

Hermanos, como lo leemos Jesús no perdió en ningún momento su cabeza. Estuvo  consciente de lo que le esperaba y se mostraba seguro y lleno de una gran fortaleza. Que gran lección nos ha dejado Jesús a quienes le seguimos: Ser siempre coherentes con lo que decimos y hacemos y no pretender ganar nunca con nuestras acciones el poder, los aplausos ni mucho menos los reconocimientos. 

Jesús fue crucificado y su muerte refuerza en nosotros la fe y revive nuestra esperanza. Él nos ha cargado a cada uno haciendo suya nuestras realidades humanas para morir y sepultarlas en su corazón amoroso, para después, resucitarnos a una vida nueva y abundante. 

¡Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo!

Señor, danos la gracia de experimentar tu Amor para que podamos corresponderte a pesar de nuestras miseria.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:01 a.m. | Permalink |


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