martes, marzo 21, 2023

"El Señor de los ejércitos está con nosotros"...Salmo 46.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 21 de Marzo del 2023

El Evangelio de hoy nos describe como Jesús cura a un paralítico que se quedó esperando 38 años para que alguien le ayudara a llegar al agua de la piscina para curarse. ¡Treinta y ocho años! Ante esta ausencia total de solidaridad, Jesús, ¿Qué hace? -Lo cura-, sin importar que sea sábado. El paralítico que estaba al margen de la vida, y no podía contar con nadie que se solidarizara con su dolor, recibe la preocupación de Jesús, quien se acerca a él, quien toma la iniciativa, y le pregunta si quiere ser sanado.… Aunque en el relato nos puede llamar la atención el milagro, resulta muy interesante poner atención al diálogo de Jesús con este paralítico y cómo su palabra es eficaz, pues le regaló la dignidad perdida por la enfermedad y el abandono. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 5, 1-16, se narra la sanación en un día sábado de un hombre que estaba enfermo  desde hacía treinta y ocho años y que estaba junto a la puerta de las Ovejas al lado de la piscina de Betesdá, en Jerusalén.

Dice el texto que: "Jesús lo vio acostado y, sabiendo que llevaba así mucho tiempo, le dice: "¿Quieres sanarte?” Él respondió: “Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes”. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y anda”. En seguida el hombre se sanó, tomó su camilla y empezó a caminar...….Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: “Has sido sanado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía” Jn 5, 1-8,14.

Jesús ha encontrado a un hombre ciego que  necesita ser auxiliado, siente compasión de él, lo mira paralizado en su camilla (comodidades y seguridades del mundo) y supo que tenía mucho tiempo que vivía extenuado y enfermo. Él se fija en los ciegos, desamparados, en los necesitados, los imposibilitados para moverse y con su misericordioso amor los socorre, los abraza y los libera. 

Si, sin importar el día ni la hora, Dios sana y libera al hombre garantizando la autoridad de su Hijo Jesús, aunque otros consideren que viola las leyes.

Hermanos: Con este Evangelio Jesús nos demuestra que quiere sanarnos de las enfermedades que nos atan, pero no actúa hasta cuando nosotros, con decisiones firmes lo deseemos y se lo pidamos. Y ello se logra mediante la oración, teniendo firmeza en la Fe y una absoluta confianza en Él.

Señor, tu misericordia es infinita, recibe nuestras alabanzas y acciones de gracias. Hoy te pedimos quites toda parálisis en nuestra vida que impida el encuentro contigo.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:51 a.m. | Permalink |


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