viernes, enero 06, 2023

"Glorifica al Señor, Jerusalén."... Salmo 147.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 6 de Enero del 2022

Hoy es un hermoso día para hacer memoria de nuestro bautismo y de confirmar una vez más que todo Dios nos inhabita y su amor nos hace valer, nos da alas, nos hace levantar la mirada, nos hace ponernos en camino, nos hace apasionarnos por el Bien y la Verdad y llevar a cabo la misión para la cual Dios nos ha creado: poner nuestra vida al servicio de los hermanos, especialmente de aquellos que sienten la vida y la fe más amenazada. La figura de Juan Bautista está estrechamente vinculada a la persona de Jesús. Juan tiene la misión, anunciada por los profetas, de preparar el camino del Señor. No es una misión fácil implica renunciar a todo, incluso al “éxito” para que todas las personas centren su mirada en el Mesías esperado. La imagen que emplea Juan indica la grandeza del Mesías y la pequeñez que él concibe de sí mismo y su misión. 

Hoy se celebra la Epifanía del Señor, fiesta en la que Jesús se da a conocer al mundo como presencia humana. Se dice que los Reyes llegados del Oriente se presentaron al lugar donde Jesús niño se encontraba, ofreciendo tres regalos: oro, incienso y mira, que significan: La majestad,   La Sacralidad y la Perpetuación ante la muerte. Esta fiesta fue instituida a finales del siglo III.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 1, 6b-11, nos dice el que: "Juan llevaba un manto hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero en la cintura, y comía saltamontes  y miel silvestre. ​Y proclamaba así: "Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado con agua, pero Él los bautizará con Espíritu Santo". Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia Él como una paloma. Se oyó una voz desde los cielos: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco". Mc 1, 6b-11.

Este texto está muy ligado a la celebración de hoy (La persona de Jesús) y en él, se indica la grandeza del Mesías y la pequeñez que concibe su misión. Como lo apreciamos en esta escena aparece el Espíritu Santo que como una paloma se posa sobre Jesús, lo que significa la fuerza de Dios que le acompañará en su misión salvífica en el mundo. Esa fuerza le guiaría sus pasos y le llenaría de su gracia.

Jesús llega donde estaba Juan Bautista para que fuera  bautizado y después de éste, empezó a construir su comunidad y a predicar la Buena Nueva del Reino de Dios sin cerrar el pasado y sin improvisar el presente sino a brindar la esperanza para la vivencia de un nuevo tiempo. 

Hermanos, hoy este Evangelio nos invita a hacer memoria de nuestro bautismo y a confirmar que estamos viviendo la Epifanía de Jesús porque también a nacido en nuestros corazones y se está dando a conocer en el mundo a través de nosotros como sus discípulos. Levantemos nuestras miradas y apasionémonos más por su presencia entre nosotros. 

Señor qué hermoso saber que tenemos un Padre que nos ama y está cerca de nosotros, que se interesa por nuestro bien, y que nos ha dado en Jesús el modelo de vida al que debemos aspirar. 
 
posted by Laureano García Muentes at 4:49 a.m. | Permalink |


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