martes, enero 03, 2023

"Alégrense el cielo, goce la tierra "...Salmo 95

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 31 de Diciembre del 2022

El Evangelio de hoy tomado de Jn 1, 1-18 nos invita adentrarnos en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. 

El texto de este nos dice: "Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. " Jn 1, 1-10.

Como lo percibimos en el Evangelio Dios está en la Palabra y ella es la fuerza de la comunicación. En ella está la Luz y la vida.

Dios se hizo carne como nosotros y sigue estando vivo en medio de todos habitando en el corazón de quienes le aceptamos como el Maestro y Guía de la vida. 

Él busca con insistencia la acogida en nosotros para quitarnos para siempre la ceguera espiritual que cierra las puertas a Dios.

Dejemos pues queden este nuevo año que va iniciar en pocas horas nuestros corazones se sientan penetrados por esa vida de Dios que ansía habitar en nosotros. 

Hoy celebramos el último día del año 2022 y le expresamos a Dios nuestras oraciones por sus gratuidades y ternuras que, como Padre, nos ha brindado en cada uno de los días que han pasado, como también, por su comprensión e infinita misericordia para ayudarnos a levantar cuando caímos.

A Él le damos gracias por la Fe y la fuerza que nos brindó y nos hizo levantar y fortalecer de nuestros desánimos haciéndonos  retomar el sendero de tú verdad. 

Señor, gracias por estar allí presente en nuestras decadencias y enfermedades que pasamos, por tu gran amor supimos superarlas y estar por siempre agradecidos de ti. Permite que en el nuevo año que se inicia permanezcamos unidos a ti para dar a todos el testimonio de ese inmenso amor que sientes hacia nosotros.

Les mando un abrazo. Feliz año nuevo para todos y sus familias.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:45 a.m. | Permalink |


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