sábado, diciembre 24, 2022

"Cantaré eternamente tus misericordias, Señor"...Salmo 89.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 24 de Diciembre del 2022

Hemos llegado a la hora cero, la noche santa, la Nochebuena. ¡Qué nombre tan bello se le ha puesto! Noche en la que todos nos hacemos niños, y dejamos que hable el corazón, que se haga villancico, luz, ternura, amor familiar, bondad e ingenuidad. Vivamos con intensidad estos días. Detengámonos -¡como sea!- para encontrar un tiempo de paz, de sabor, de oración ante el misterio: el misterio de Dios.

Hoy es Nochebuena, Nace Jesús, el Salvador y con este acontecimiento se cumplen las promesas de Dios para el mundo hechas a través de los profetas. 

“Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres”. "Si, la gracia que ha aparecido en el mundo es Jesús, nacido de María Virgen, Dios y hombre verdadero. Ha venido a nuestra historia, ha compartido nuestro camino. Ha venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz. En Él ha aparecido la gracia, la misericordia, la ternura del Padre: Jesús es el Amor hecho carne. Nuestro Padre tiene paciencia con nosotros, nos ama, nos da a Jesús como guía en el camino a la tierra prometida. Él es la luz que disipa las tinieblas. Él es la misericordia. Nuestro Padre nos perdona siempre. Y Él es nuestra paz."  (Papa Francisco, 24 de diciembre de 2013)

¡¡¡Feliz Nochebuena para todos!!!

El Evangelio de hoy tomado de Lc 1, 67-79, nos presenta a Zacarías esposo de Isabel y padre de Juan Bautista quien llenó del Espíritu Santo descubre la realidad que se esconde en su hijo y ello, lo lleva a profetizar los beneficios de Dios a favor de su pueblo, diciendo: "Bendito el Señor, Dios de Israel, porque se ha ocupado de rescatar a su pueblo. Suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo habla predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz" Lc 1, 67-79.

Este relato está compuesto de dos partes: La primera nos enseña la Acción Redentora de Jesús que liberará al pueblo según las promesas de Dios hechas a través de los profetas y la segunda: Habla  de que su hijo Juan Bautista  quien será llamado el Profeta del Altísimo y que irá delante del Salvador preparando al pueblo para que este dispuesto a su venida.

Hermanos,  ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor, y trae para todos la Salvación. Con este acontecimiento se alcanza la esperanza de la plenitud y el sentido del hombre que ha sido soñada a través de los tiempos. Qué este nacer del Divino Niño, nuestro Salvador, sea para todos el nuevo renacer para vivir la esperanza de la verdadera vida.

Padre Bueno, que alegría llegar esta mañana de 24 de diciembre a tus pies, dispuestos a celebrar tu venida, tu nacimiento entre nosotros, a disponer nuestro corazón para que reverdezcas en él y lo hagas manso y humilde como el tuyo.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:14 a.m. | Permalink |


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