"Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben"...Salmo 67

Viernes 16 de Diciembre del 2022

Jesús en este Adviento y nos invita a una sincera conversión de vida. Porque lo de Juan fue “un instante de luz”, pero el Nacimiento del Señor es el Acontecimiento por antonomasia de que Dios ha venido para quedarse definitivamente entre nosotros y queriendo ser un hombre entre los hombres sin menguar en nada su divinidad. No es testigo, es la propia Luz que ilumina sin deslumbrar y que se hace extraordinaria claridad en el corazón del mundo y de cada hombre y de cada mujer.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 5,33-36, Jesús nos invita a asumir un gran reto: Ser lamparas como lo fue Juan Bautista. Así lo dijo a los Judíos en aquel tiempo: "Ustedes enviaron una delegación a Juan, y él dio testimonio de la verdad. No es que yo busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. El era la lámpara que arde y alumbra y ustedes quisieron disfrutar  un rato de su luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado." Jn 5, 33-36.

Jesús sabe que sus adversarios no le creen porque están muy amañados en sus seguridades e intereses personales y no se inmutan por conocer la verdad. 

Él no se cansa en animarnos y nos recuerda una vez más que debemos ser como Juan Bautista: Una voz que clama en el desierto. Con constancia nos anima a que aprendamos de Él y a que pongamos nuestras vidas en sintonía sacrificando y renunciando a todo pero a partir de un compromiso serio y muy formal con Dios, manteniendo el corazón limpio y libre de cadenas que esclavizan la vida.

Recordemos que solo la verdad nos hace libres aunque ello acarree una muerte en una cruz. 

Señor Jesús, haz que podamos experimentar tu amor, para que seamos capaces de dar testimonio de Ti a todos los hombres, mis hermanos. Haz de nosotros unos fieles testigo tuyo para el mundo de hoy.