"¡Aclamen, justos, al Señor! ¡Canten un cántico nuevo!"...Salmo 33.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 21 de Diciembre del 2022
El Evangelio de hoy nos recuerda la experiencia de la visitación y nuestra mirada girará en lo que significa creer en una promesa, creer que las cosas van a ser así. Seguir creyendo a pesar que pasan cosas que confunden, sin coherencia ni sentido, creer que es verdad… Esto es lo que San Lucas nos relata de María, quien creyó en Dios, le hizo caso y sin detenerse, parte de prisa a un pueblo en la montaña donde su prima que está encinta. María, sin darle vueltas, entiende que lo que recibió es para compartirlo en gestos de humanidad
El
Evangelio de hoy tomado de Lc 1, 39-45 nos relata la experiencia de María quien
después de haber recibido el anuncio del Ángel Gabriel de su Concepción,
no retuvo el don recibido sino que partió inmediatamente a visitar a su prima
Isabel quien llevaba seis meses de gestación.
Isabel
vivía en la región montañosa de Judá cerca de Jerusalén. Al llegar entró en
casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la
criatura dio un salto en su vientre; Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó
con voz fuerte: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el
fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de gozo
en mi vientre. ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te
anunció" Lc 1,39-45.
Isabel
estaba inspirada por el Espíritu Santo y ve en María un instrumento
providencial de la salvación.
Una
mujer que supo escuchar a Dios y se abrió a los designios de su voluntad. Y
miren, para que podamos creer en Dios es necesario que pasemos de una Fe pasiva
a una Fe más activa, responsable y personal como lo hizo María quien
pensando en la ayuda que requería su prima Isabel, por ser ya una mujer
anciana se dispuso a salir y llevarle la alegría y la felicidad que
experimentaba.
Hermanos,
que gran lección recibimos de María. Nosotros de igual manera podemos
contemplar las necesidades de los demás. Ellos esperan de una ayuda, de una voz
de aliento y de una esperanza para poder alcanzar una mejor calidad de
vida.
Nuestra
opción es detenernos un poco en nuestra agitada vida y pensemos en aquellos que
lo necesitan.
María, concédenos el valor y la decisión para compartir con los demás el acontecimiento de tu embarazo. Ayúdanos ver las necesidades de los demás, y a darnos cuenta que, sólo con Jesús en nuestros corazones, podemos ayudarles de verdad a Conocer y Amar al Dios Verdadero.