martes, diciembre 27, 2022

"Alégrense, justos, con el Señor"...Salmo 97.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 27 de Diciembre del 2022

El Evangelio de hoy nos interpela y nos llama a abrirnos al Dios que se revela en lo pequeño: en la encarnación, en el pesebre, en el taller del carpintero, en aquel joven rabino sin estudios, en el Crucificado y en aquellas pobrezas y pequeñeces que cada uno conoce. Si nos une a Él una relación estrecha, si somos amigos y compañeros del Señor, reconoceremos su Presencia, su huella, su actuar discreto pero sublime. Se abrirán los ojos de nuestro corazón como los de san Juan y los de tantos hombres y mujeres mencionados en su evangelio: Natanael, Nicodemo, la Samaritana, Marta de Betania… El amor nos conducirá a la fe y la fe al amor.

Hoy celebramos la fiesta de San Juan apóstol y Evangelista. Considerando también como el discípulo amado de Jesús. Nació en Galilea, hermano de Santiago el mayor e hijo de Zebedeo y Salomé. Fue pescador de oficio y era el más joven del grupo de los apóstoles. Vivió en Cafarnaún y un gran amigo de Simón Pedro. Escribió el Evangelio que lleva su nombre.

Y precisamente el Evangelio de hoy tomado de Jn 20, 2-8, nos relata esa experiencia que vivieron los discípulos Simón Pedro y Juan con la resurrección de Jesús. Y este dice así: "El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso, llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Observó los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces, entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó".

Este texto nos parece un poco contradictorio y hasta fuera del contexto que estamos viviendo: El Adviento. Pero no, éste quiere inspirar en nosotros la Fe y a que de verdad vivamos la experiencia con Dios, es decir, dejar que Él nazca verdaderamente en nuestras vidas.

Hermanos, que hermoso sería que al finalizar este año volviéramos a pesar en esas cosas que son fundamentales para revivir nuestra Fe en Jesús, quien nos ofreció su vida por nosotros y Resucitado, vive para siempre entre nosotros. 

Pidámosle al Divino Salvador que ha nacido en nuestros corazones las gracias y bendiciones por el año que en pocos días iniciará, manifestándole nuestro deseo de permanecer junto a Él para avanzar en la vida y ser como Juan unos discípulos efectivos para el mundo de hoy. 

Señor, danos la gracia para que sepamos guardar el silencio que nos pueda llevar a tener un momento de intimidad contigo en esta oración. Creemos en ti, Señor, te amamos y confíanos en que Tú también quieres estar con nosotros.
 
 
posted by Laureano García Muentes at 5:15 a.m. | Permalink |


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