viernes, junio 10, 2022

"Tu rostro buscaré, Señor "...Salmo 27.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 10 de Junio del 2022

Tanto el adulterio como el divorcio, según Jesús, son un fracaso e incluso pecado en cuanto violación del mandamiento divino. Por eso, el radicalismo de Jesús conduce a la raíz, más allá del resultado relacional y de las implicaciones jurídicas: cala en la interioridad, revela la intención, las finalidades morales e inmorales, y predice los resultados nefastos. Esa raíz ha de ser sondada y, en su caso, sanada de nuevo. No detenerse en el exterior; sino calar en el interior constituye una constante en la enseñanza de Jesús.

Con el Evangelio de hoy tomado de Mt 5, 27-32, Jesús quiere llevarnos a entender la sacralidad del matrimonio y nos hace una relectura del sexto mandamiento que dice: No cometer adulterio para  condenar la deslealtad hacia el cónyuge. 

Él le dijo a sus discípulos: "Está mandado: El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio" Mt 5, 31-32.

Hoy Jesús nos habla del amor indisoluble; es decir, de la unión matrimonial donde el hombre y la mujer quedan vinculados entre sí mientras vivan.

La Ley judía condenaba el adulterio que prohibía la acción externa del matrimonio con el deseo de la impureza y le dice a sus discípulos: "El que mira a una mujer deseándola ya cometió adulterio con ella en su corazón" y además les afirma: "Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno" Mt 5, 27-29.

Hermanos: Cuando una pareja contrae matrimonio, se compromete delante de Dios y la comunidad a un amor para siempre; y lo hace de manera honesta y sincera.

Bien sabemos que el matrimonio no es algo fácil, pero es un don de Dios que ha regalado a la humanidad para que con ello, sigamos dándole vigencia a su obra creadora y esta, se multiplique como las arenas del mar por todos los lugares de la tierra y produzca frutos de manera abundante. 

Señor Jesús, enséñanos a mirar con amor y respeto a cada una de las personas que encontremos hoy en el camino.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:57 a.m. | Permalink |


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