"El Señor revela a las naciones su justicia "...Salmo 98.

Quienes hemos sido escogidos, somos enviados a todos los lugares con el compromiso de vivir un estilo de vida que muestre a su Maestro. Por ello, Jesús le habla a sus discípulos de unos comportamientos y de unas normas a seguir.

Pero, para lograr esos objetivos requerimos cada uno de: libertad, apertura, responsabilidad y disciplina en la comunicación. 

Jesús alerta hoy a quienes  quieren ser sus servidores que deben estar dispuestos a curar a muchos hermanos que hoy se encuentran heridos y dolidos de las injusticias, que sean hombres y mujeres que sientan la compasión y la misericordia por los necesitados, y sean capaces de Resucitar y levantar a personas que se sientan muertas en vida y que no tienen el deseo de luchar por vivir. Él requiere de hombres y mujeres que con su Purificación expulsen los males que agobian a muchas gentes mediante una entrega incondicional siempre dispuestos a ayudar y brindar sus oraciones.

Hermanos, nuestro Papa Francisco nos hace la siguiente exhortación en su encíclica La alegría del Evangelio: "Cada uno de los bautizados, es un agente evangelizador...porque si uno ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo...somos siempre discípulos misioneros" 

¿Cómo está nuestro compromiso con la Misión que nos legó Jesús?

Jesús, sé que nos escuchas y nos amas. Queremos oír tu voz en estas palabras del Evangelio. Sé que nos llamas a ser tu testigo, a ser más tuyo y menos del mundo. Enséñanos a darte siempre el primer lugar en mi vida, y servirte con alegría y desinterés en los demás. Te pedimos la gracia de nunca defraudar tu amor por nosotros, sino vivir esta vida que nos regalas cumpliendo la misión que nos has encomendado.