lunes, febrero 21, 2022

"Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón"... Salmo 19.

REFLEXION DEL EVANGELIO DE HOY

Lunes 21 de Febrero del 2022

En el relato del Evangelio de hoy tenemos el caso patente de un enfermo epiléptico que sufría el tormento de la incomunicación,  no se comunicaba, ni escuchaba a quienes le cuidaban. Por otra parte, el padre del niño dice que el demonio tiraba al niño al fuego y al agua, con el peligro de muerte. Jesús se encuentra ante dos males: la incomunicación y la violencia mortal. Y no se cruza de brazos, pasivamente, en aquella situación. Actúa y lo sana.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 9, 13-28, nos presenta la sanación de un niño que se encontraba endemoniado.

Jesús bajaba con sus discípulos Pedro, Santiago  y Juan del monte Tabor donde había revelado a sus tres discípulos su gloria. 

En cuanto la gente le vio, quedaron sorprendidos y corrieron a saludarlo. Jesús había notado que los Letrados discutían con sus discípulos y les preguntó: "¿De que están discutiendo?" Y uno de entre la gente le contestó: "Maestro he traído a mi hijo, poseído por un espíritu que lo deja mudo. Cada vez que lo ataca, lo tira al suelo; echa espuma por la boca, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo expulsaran y no han podido" Él les contestó: "¡Que generación incrédula! ¿Hasta cuando tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo" Mc 9, 13-19.

Parece ser que algunos de los discípulos que Jesús habían enviado a misión no habían tenido éxito en sanar y curar. Fue así, que el padre del muchacho tuvo que recurrir al mismo Jesús para efectuara  la curación. 

Y miren, esta es una gran realidad,  Que el único que tiene la potestad de curar y sanar, es Jesús. Y esta es la gran enseñanza de este Evangelio. 

El padre del niño enfermo o endemoniado le mostró a Jesús una Fe firme cuando expresó: Si puedes hacer algo, compadécete de nosotros y ayúdanos, a lo que Jesús le respondió: "Qué si puedo? Todo es posible para quien cree"

La Palabra de hoy nos enseña a que no hay dificultad alguna que no pueda ser vencida por el que tiene espíritu de Fe. Con una Fe firme no hay nada imposible para nosotros. Así lo expresa Jesús; "Les aseguro que si tuvieran Fe del tamaño de un grano de mostaza, algo tan pequeñito, tan insignificante,  podrían mover montañas"

Señor Jesús, Tú siempre has tenido claro: la persona es lo más importante que hay en la tierra, y el amor es lo que le permite vivir y crecer.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:47 a.m. | Permalink |


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