sábado, febrero 19, 2022

"Tú nos guardarás, Señor "...Salmo 12.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 19 de febrero del 2022

La Transfiguración de Jesús, es un acontecimiento que constituye el sello oficial puesto por el Padre-Dios a la misión del Hijo. Jesús está a punto de entregar su propia vida; es el anticipo de la gloria que lo confirma en el camino hacia Jerusalén y tranquiliza a los discípulos que han sido llamados a compartir el mismo destino del Maestro.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 9, 2-13 nos habla de la Transfiguración de Jesús delante de tres de sus discípulos: Pedro, Santiago y Juan en la altura de una montaña.

Dice el texto que: Su ropa se volvió de un blanco deslumbrador, como nadie en el mundo sería capaz de blanquear. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". No sabía lo que  decía, porque estaban llenos de miedo. Entonces se formó una nube que los cubrió, y salió de ella una voz: "Este es mi Hijo amado. Escúchenlo" De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos" Mc 9, 2-9.

Veamos algo muy importante: Muchas de las manifestaciones de Dios descritas en las Santas Escrituras tienen lugar en montañas.  Jesús escogió el monte Tabor que era el más alto de Galilea para simbolizar la cercanía que tenía con Dios.

Él les muestra a sus discípulos como un anticipo, la gloria que se vivirá al final de los tiempos. Es por ello,  que la Transfiguración de Jesús, no es un cambio de apariencia de Él, sino una revelación de su divinidad como Verdadero Hijo de Dios. 

Este Evangelio es para nosotros una invitación a que busquemos sin descanso nuestra transfiguración a la acción de Dios y a que nos propongamos leer y escuchar a diario sus Palabras para en ellas, busquemos vivir y llevar una vida que sea ejemplo para los demás. 

Que nuestros propósitos estén direccionados a buscar bajarnos de esas montañas que hemos construido a lo largo de nuestras vidas y donde nos hemos amañado y sentido seguros  para así, llegar al valle de la vida donde diariamente podremos vivir la luz resplandeciente de Jesús. 

Jesús, tu eres para nosotros un modelo de equilibrio que nos das paz y también la fuerza para vivir un compromiso generoso en la vida de cada día.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:16 a.m. | Permalink |


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