martes, enero 04, 2022

"Que todos los pueblos te sirvan, Señor"...Salmo 72.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 4 de Enero del 2022

Cuando Jesús llama al discipulado, lo que quiere decir es que hay que compartir alimentos y mesa. El «seguimiento» de los que acompañan a Jesús se convierte en una gran comunidad que vive ese se­guimiento compartiendo la multiplicación milagrosa del pan. Los cristianos constituyen un nuevo orden social en el que, dentro de la sobriedad, no le falta nada a nadie e incluso sobra en abundancia.

El texto del Evangelio de hoy tomado de Mc 6, 34-44, nos narra que: Jesús había invitado a sus discípulos a ir a descansar de las larga jornada que habían tenido; y los convida a un lugar retirado y despoblado. Entonces, la gente al ver que Jesús y sus discípulos habían tomado una barca para atravesar el mar de Galilea  se fueron corriendo y llegaron al lugar donde iban antes que ellos.

Jesús al ver a la gente sintió compasión por ellos, porque andaban como ovejas sin pastor y al tocar tierra, se puso a enseñarles.

Después llamó a sus discípulos y les pidió que les dieran de comer, pero ellos desconcertados y sorprendidos frente al desafío al que Jesús  les había pedido cumplir, le responden que era mejor despedir a la multitud. 

Pero Jesús les dijo; ¡Denle ustedes de comer!"

Estas Palabras de Jesús hoy  nos han de sensibilizar y ubicar frente a las diversas necesidades que vive la gente. 

Tú y yo sabemos que muchos hermanos nuestros pasan hambre e injusticia; y no tienen donde recostar sus cabezas; no tienen trabajo, ni servicio de salud y hasta han perdido la esperanza.

Y es nuestra responsabilidad de cristianos es saciar de luz y de esperanza a muchos de nuestros hermanos. Por ello, les pido que nos  preguntemos: ¿Cómo vamos hacer?. Recordemos que Dios nos ha dotado de Dones y Carismas para colocar al servicio; y con ellos, aminorar el dolor y el sufrimiento de los demás especialmente entre aquellos que necesitan todo; compartiendo lo que de Dios hemos recibido gratis.

Es importante recordar que Jesús vino al mundo a sembrar el Amor y, tú y yo  estamos invitados a ser sus testigos amorosos y compasivos. MANOS A LA OBRA

Señor, ayúdanos a abrir el corazón para deducir lo que podamos hacer por los demás, no con nuestros propios talentos, sino poniendo éstos en tus manos, para que los multipliques y pueda, así, convertirnos en un auténtico discípulo y misionero de tu amor.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:15 a.m. | Permalink |


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