jueves, diciembre 30, 2021

"Alégrese el cielo y goce la tierra "...Salmo 95.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 30 de Diciembre del 2021

En el Evangelio de hoy vemos como se va uniendo y fortaleciendo una forma de vida sencilla, veraz, y unida en el camino hacia Dios la  familia de Nazaret y ella, se convierte para todos en un modelo. En ella se resalta el amor que es el origen y vínculo que enlaza a todos sus miembros. Ese amor que viene de Dios y que estos días se hace patente en la figura de Jesús, salvador de los que lo reconocen y, también, de aquellos que lo ignoran u olvidan. Es un tiempo oportuno para examinar la vida de nuestras familias, sus fortalezas y sus debilidades, buscando su renovación teniendo presente la familia de Nazaret.

Que el año que vamos a comenzar nos ayude a crecer y robustecernos en nuestra fe. Que la familia de Nazaret nos acompañe en este camino y sea referente vivo de cómo caminar, sabiendo que Dios está siempre con nosotros.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 2, 36-40, pone la mirada en Ana, una mujer oriunda de la tribu de Aser a quien se le señala como la madre de María. Ella vivió casada en su juventud durante siete años y al morir su esposo permaneció viuda. Fue una mujer muy entregada al templo donde servía de noche y de día con oraciones y ayunos. 

Cuando vio a María y José que estaban presentando al niño, llena de gozo se presentó dando gracias a Dios y hablaba a la gente de ese niño quien sería la liberación de Jerusalén.

Ana nos muestra hoy como ha de ser el comportamiento de alguien que ha comprendido el deseo de Dios, quien tiene presente a los más sencillos  y humildes. También, nos muestra hoy su gran alegría y disposición de estar presta a salir a decirle a la gente lo que ha visto y vivido al tener el encuentro con el Salvador del mundo. 

El servir a Dios es entrega incondicional, es trabajar y consagrar la vida por Él, imitando al Maestro Jesús, quien dio el mejor ejemplo. Es, permitir que nuestro ser profundo, se vaya configurando con el de Jesús. Es también, el despojarse de lo viejo y revestirse de lo nuevo y duradero. 

Ana, no representa algo viejo y acabado sino el esplendor de la vida que da alegría, mira al futuro y anima a todos a su alrededor a construir un mundo mejor.

Preguntémonos: ¿Tenemos una Fe tan fuerte como la de Ana?

Pidámosle hoy al Señor que nos ayude a no tener nuestra vida sólo para nosotros mismos, sino a entregársela a él y así actuar junto con él, a fin de que los hombres encuentren la vida, la vida verdadera, que sólo puede venir de quien es el camino, la verdad y la vida. Amén." (Benedicto XVI, Basílica de San Juan de Letrán, Jueves Santo, 5 de abril de 2007 )

 
posted by Laureano García Muentes at 4:51 a.m. | Permalink |


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