viernes, diciembre 24, 2021

"Cantaré eternamente tus misericordias, Señor "...Salmo 88.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 24 de Diciembre del 2021

El cántico de Zacarías nos propone abrirnos definitivamente, a la novedad total de Dios. pero es necesario tenerlo claro: no somos nosotros los que le hacemos un favor o un homenaje a Dios celebrando la Navidad, sino que es Él quien nos envuelve en su amor, quien nos visita y redime, haciéndonos objeto de sus promesas y de su fidelidad. Es Dios quien en primer lugar piensa en nosotros y no nosotros en Él. 

Hoy se celebra en el mundo la Nochebuena; noche que antecede el día de la  Natividad de Jesús. La importancia del significado de esta fiesta es, que toda la humanidad tome conciencia de que hubo un día en que Dios se encarnó entre nosotros y llegó a ser la Luz del mundo para dar Libertad y Paz a nuestras vidas.

Hoy el Evangelio de Lc 1, 64-79 nos presenta el Cántico de Zacarías, un hombre Sacerdote de la familia de Aarón casado con Isabel quien era prima de María. Él, lleno del Espíritu Santo profetizó la fidelidad de Dios para salvar a su pueblo. 

Este cántico es un canto profético que habla de las características del sol que nace de lo alto, que viene del cielo y nos trae el perdón de los pecados.

Así lo dice el texto del Evangelio de hoy: "“Bendito sea el Señor, Dios de Israel”, porque ha visitado y “redimido a su pueblo”, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza” y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán” para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”, anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz" Lc 1, 67-79.

La Navidad es un tiempo para olvidar todo aquello que nos encierra y nos enferma. Necesitamos olvidar, por tanto, hagamos un esfuerzo para expulsar de nuestras mentes todo aquello que nos amarra y nos hace ser esclavos.

Jesús nace en nuestros corazones y con Él, aparecen todas las gracias que nos conducen hacia la salvación.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

“Esta noche, Señor, pongo junto a tu pesebre mi GRATITUD por las veces que has obrado portentosamente en mi vida”. 

 
posted by Laureano García Muentes at 4:13 a.m. | Permalink |


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