miércoles, diciembre 29, 2021

"Alégrese el cielo, goce la tierra"...Salmo 95.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 29 de Diciembre del 2021

El anciano Simeón nos conduce a esa mirada profunda de la Navidad, a tener “buena vista”, para descubrir, -movidos por el Espíritu-, la presencia de Dios en nuestra vida. Él supo discernir, en una familia sencilla y que no llamaba la atención, y reconocer en aquel niño la nueva, especial y definitiva presencia de Dios. Se llenó de alegría y lo anunció a cuantos esperaban ese momento y le escuchaban con emoción. 

El Evangelio de hoy tomado de Lc 2, 22-35 nos pone de evidente como fue La Presentación del niño Jesús en el templo de Jerusalén, y en ella, hay un personaje muy importante: un hombre ya viejo llamado Simeón que poseía un espíritu profético, justo y piadoso que esperaba la restauración de Israel ya que el Espíritu Santo que estaba en él le había revelado que no moriría antes de ver el Mesías enviado por Dios. 

Dice el texto del Evangelio que Simeón tomó en sus brazos al niño y alabando a Dios, dijo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel". Su padre y su madre quedaron admirados por lo que él  decía del niño. Entonces, Simeón los bendijo, diciéndole a María su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma" Lc 2, 28-35.

Un encuentro entre lo viejo y  lo nuevo, que nos transmite Esperanza. Es este un canto que nos ayuda a entender que Jesús es la Luz que iluminará a todas las naciones y que Dios con Él, da cumplimiento a su promesa. 

Que maravilloso relato, ¿no es así? Estamos pues invitados a preguntarnos y a responder con sinceridad: ¿Cuál es la esperanza que hoy guardo en mi corazón? ¿ Puedo decirle a Jesús, tú Señor, eres mi esperanza?

Jesús desde su nacimiento ha venido causando en la humanidad admiración y esta, se traduce en alegría porque la gracia de Dios nos llena de alegría y de valor para reconocerlo y amarlo como en Verdadero y Único camino que tiene la Luz para todo el mundo. 

Señor danos valor, entrega y amor para estar siempre dispuestos a afrontar como María todas las vicisitudes.

“Te felicitamos, María, con todas las generaciones que nos han precedido. Y proclamamos que Dios es grande y que su amor entrañable no tiene fin”.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:35 a.m. | Permalink |


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