"Alégrense, juntos, con el Señor "...Salmo 96.

Lunes 27 de Diciembre del 2021

San Juan es sin duda un hombre de extraordinaria profundidad mística. Al amarlo tanto, Jesús nos enseña que esta combinación de virtudes debe ser el ideal del hombre. Por eso el arte tiende a representar a San Juan como una persona suave, y, a diferencia de los demás Apóstoles, sin barba.  Es necesario recuperar a San Juan como modelo: El hombre capaz de recostar su cabeza sobre el corazón de Jesús, y precisamente por eso ser valiente para estar al pie de la cruz como ningún otro.   Por algo Jesús le llamaba "hijo del trueno".

Hoy celebra la Iglesia la fiesta del Apóstol San Juan. Él, fue uno de los discípulos que estuvo más cercano a Jesús. Era de Galilea e hijo de Zebedeo y Salomé. Fue pescador y compañero de Pedro con quien predicó en el templo de Jerusalén como también en Samaria. Fue un pilar de la Iglesia primitiva.

Hoy el Evangelio de Jn 20, 2-8 nos relata la extraordinaria experiencia por él vivida en el misterio de la Resurrección de Jesús. Con ella, San Juan nos quiere invitar a que como él, busquemos a toda costa una experiencia similar a la que vivió, para que así, podamos tener una relación estrecha y cercana con Dios. 

Hoy nos dice el texto del Evangelio que: "El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.» Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó" Jn 20, 2-8

Nos parecerá extraño que recién pasada la navidad, la iglesia nos proponga un texto como el de hoy, pero lo que quiere es que dejemos que Dios nazca en nuestras vidas y que estemos siempre dispuestos a acogerlo.

Jesús entre nosotros nos brinda la esperanza de vivir horas alegres con la absoluta confianza en que con nuestros esfuerzos viviremos una vida mejor y más humana, donde nuestras miradas al mundo sea tierna y amorosa para acoger con amor incondicional a los más necesitados.