"Señor, instrúyeme en tus sendas"...Salmo 24.

Lunes 13 de Diciembre del 2021

Aceptar a Jesús y su mensaje de vida, es la gran invitación que se nos sigue ofreciendo, pero no con una actitud de cálculo y polémica, sino con apertura y deseo de una conversión que me lleve a los cambios necesarios. Esta es la dinámica del Adviento que nos sigue insistiendo en la necesidad de apostar fuertemente. 

Hoy se celebra en la Iglesia católica a Nuestra Señora de Guadalupe o también conocida como la Virgen de Guadalupe, quien apareció en cuatro ocasiones al indígena chichimeca Juan Diego en el cerro de Tepeyac al norte de la ciudad de México en 1531.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 21, 23-27, apreciamos que los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo quieren tenderle una trampa a Jesús mientras daba una enseñanza en el templo y le preguntan: "¿Con que autoridad haces estas cosas?, ¿Quién te ha dado tal autoridad?" a lo que Él les respondió: "También yo les voy a preguntar una cosa; si me contestan a ella, yo les diré a mi vez con que autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de donde era?, ¿del cielo o de los hombres?" entonces ellos entraron en discusión entre sí y se decían: "Si decimos "del cielo", nos dirá: Entonces ¿Por qué no le creyeron?. Y si decimos: "De los hombres", tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta" y le respondieron a Jesús: "No sabemos " y Él les respondió: "Tampoco yo les diré con que autoridad hago esto " Mt 21, 23-27.

Que mal intencionado eran estos señores que manejaban a su manera las leyes; querían llevar a Jesús contra las cuerdas y hacerlo quedar mal frente a la gente;  pero Jesús con su gran sabiduría los desafía dejando al descubierto su pecado: La incoherencia.

En este tiempo de Adviento,  tú y yo nos venimos preparando para vivir y responder con coherencia al llamado que nos ha hecho Jesús. 

El ejemplo que nos brinda hoy este Evangelio es que no podemos seguir respondiendo a la ligera para salir rápidamente de las cosas. Tenemos que pensarlas con disciplina y firmeza como buenos seguidores del Salvador. 

Si nos consideramos Cristianos asumimos las responsabilidades y las consecuencias hasta incluso de morir en una cruz.

Estamos pues, invitados a cambiar y el único cambio revolucionario que hemos de asumir es ser capaces de ajustar nuestras vidas a la voluntad de Dios, llevándola a la plenitud.  ¿TE ATREVES?