"Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salves"...Salmo 79.

Juan Bautista había mostrado a Simón, Andrés, Santiago y Juan que Jesús era el Cordero de Dios, pero ellos no comprendieron en ese momento lo que esto implicaba. En esa dinámica es donde se puede reconocer lo que Dios nos pide, para esto hay que ayudarse de quienes viven una vida cristina, buscando constantemente crecer en nuestra relación personal con Cristo - al igual que los discípulos -, mediante una vida sacramental y de oración que lleve al amor y servicio a los demás.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 17, 10-13, es una invitación para cultivar en nosotros la capacidad de dar la acogida a Jesús en nuestros corazones.

Podemos apreciar en el texto del Evangelio, que los discípulos le preguntan a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?» Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.» Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista." Mt 17, 10-13.

Jesús enfrenta resistencia, aún entre sus discípulos más cercanos; y estas situaciones se hacen una realidad cuando proponemos a las gentes la Buena Noticia del Reino porque está oferta, reclama conversión. 

Jesús, con su respuesta, no deja lugar a dudas. Él les dice que el precursor (Juan Bautista) ha venido y no le han hecho caso y siguen haciendo las cosas como a bien lo quieren. 

Y miren, así nos pasa hoy a nosotros. Nuestra vida espiritual se encuentra reducida al "Yo creo, al yo necesito, al rezo, yo me preparó a mi manera y a mi gusto", pero hasta ahí, pues no nos interesamos en darle profundidad y crecimiento de la Fe para con ella, descubrir las cosas de Dios. 

Recordemos que las dificultades siempre están presentes en nuestras vidas y a ellas tenemos que vencerlas con sinceridad, fe y convicción.

Que este tiempo de Adviento nos ayude a mantenernos despiertos para detectar esas dificultades que truncan nuestras esperanzas para tener un encuentro cercano con Dios. 

Señor, danos la gracia de ser agradecidos por todos aquellos que nos guían a comprender y vivir según tu Voluntad..