"He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará "...Salmo 84.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Lunes 6 de Diciembre del 2021
La novedad que Jesús nos ofrece es radical; esto es, afecta a la raíz de la fe. Dios no es un vengador insaciable de males de la humanidad, sino el Dios cercano, que cura y sana y, además, sana desde dentro, dando gratuitamente el perdón de los pecados, origen y causa de todos los males.
El Evangelio de hoy tomado de Lc 5, 17-26, nos invita a que todos nos propongamos a tomar actitudes activas para que otros puedan tener la oportunidad de vivir un encuentro con Jesús.
Así, sucedió con esas personas que fueron capaces de llevar a un paralitico sobre una camilla y buscaron a toda costa el modo de romper todas las dificultades a fin de poner al enfermo paralizado delante de Jesús.
Así lo narra el texto del Evangelio: " Mientras Jesús se encontraba enseñando a la multitud, se hicieron presentes algunos Fariseos y doctores de la Ley. En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados». Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?». Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa". Lc 5, 17-26.
En ese texto vemos la tenacidad y la fuerza que impulsa a los hombres que llevaban al paralítico; estos, insistieron en romper toda clase de barreras para suplir la necesidad del enfermo.
Aquí, se hace presente la valentía y la buena voluntad de los camilleros
También notamos que a su alrededor se hacen presentes los Fariseos y doctores de la Ley que con su incredulidad se asombran de lo que son capaces de hacer esos hombres.
Por otra parte, el paralítico está seguro y consiente de lo que desea puesto que tiene Fe y vive la Esperanza de ser sanado por Jesús. ¡¡Está positivo!!.
Y miren, Jesús no cuestiona, ni juzga. Se conmueve por el sufrimiento del paralítico. Y le demuestra a los incrédulos que lo más importante es sanar su alma y elimina en él, el temor y lo negativo.
Todos nosotros podemos estar experimentando lo que vivió ese hombre paralizado, y sentimos miedo, nos sentimos trabados y desorientados; pero no podemos olvidar que Jesús nos espera con los brazos abiertos, nos perdona, nos levanta y nos invita a caminar. Si. Él quiere curar y ayudar a que salgamos victoriosos de toda situación. Por tanto, ¡No nos desanimemos! Aprovechemos este tiempo del Adviento para liberarnos y llenarnos de su paz.
“En Ti, Señor, habita en plenitud el Padre de la misericordia; de Ti desciende a nosotros el Espíritu que renueva todas las cosas. Realiza en nosotros la obra de tu gracia”.